29 de diciembre de 2010

Abuso de la envidia en Navidad.

Voy a ponerme ñoña por una vez en mi vida, y vor a ser sincera, completamente sincera.
En Navidad, cuando voy por la calle, abuso de la envidia y de los suspiros, al ver pasar a una pareja feliz, no es envidia mala, todo hay que decirlo, pero si se me encoje un poquito más el corazón.
Porque pasear de la mano, bajo las luces, con la nariz roja, me gusta. Porque cubrirnos a besos bajo cero, y sentarnos frente a una fuente helada, me gusta.
Abuso de la envidia al ver como se detienen frente las tiendas, y parece que nada, ni el viento de una fuerte tempestad les puede separar. Y es que parece que en Navidad, las parejas son para siempre, y los te quieros suenan más a verdad, y los besos parecen regalos envueltos en miradas de complicidad. Y parece que durante cuatro días no haces más que pensar el regalo perfecto, o imaginar su cara cuando vea el detalle, porque pones todo tu empeño en que el otro sea un poquito más feliz...
En Navidad, abuso de la envidia, cuando paseo por la calle, cuando bebo champán, quisiera brindar mirando a los ojos de quien amo, quisiera poder abrazarle en fin de año, o poder pisarle mientras bailamos el primer vals a oscuras del año...

No quieras ser un super Héroe.

No pises la tierra cuando las piernas te flaquean, cuando tus rodillas sean dos cometas al viento, a mecer de la marea. Estate quieta en algún peñón lejos del mundo, párate a pensar que te pone los nervioso a flor de piel.
Quitale el peso justo a las horas, y los puntos a los días, y así podrás ser más feliz. No intentes fingir cuando solo quieres derrumbarte en el lecho del amor, no quieras seguir adelante cuando las paredes se te hacen pequeñas, no quieras tocar el cielo, cuando te hayas perdida en un pozo, y todo resbala, resbala, y hace frío, mucho frío.
No quieras llevar la capa de super héroe, porque todos en algún momento de nuestra vida, somos débiles, todos tenemos derecho de ahogarnos en nuestros problemas, todos debemos llorar, patalear, y resquebrajar nuestros recuerdos. No quieras ser invencible, y levantar las pesas de los demás, porque todos tenemos que pasar por el dolor, y cuando más intenso sea, más aprenderás, porque la vida nadie dijo que fuera del color de las rosas, porque alguien dijo alguna vez que hay que sufrir para sanar las heridas del corazón, y desde el pozo, la mierda se ve de igual, a igual, y quizás sólo así comprenderás que luchar tiene su sentido, sólo cuando has tocado fondo, sabrás alzar el vuelo, un vuelo alto y sincero.
No quieras arrancarte las lágrimas de un bofetada, porque algún día, echarás de menos llorar como un niño de cinco años, porque algún día echarás de menos la inocencia de una sonrisa mocosa, y la ternura de una mirada de cristal, porque algún día echarás de menos, que te tiemblen las rodillas, que enmudezcas de miedo, que tartamudees de amor.

Reflexiones

A veces me da miedo pensar, porque cuando pienso, me desespero, y si me desespero me eternizo, rondando versos de miel entre mis manos. No puedo evitar ser así, no puedo con esta trampa que me deja noches en vela, que me deja sin fuego para seguir, no puedo abrir los ojos bajo el mar, sin fin de recuerdos. Era un hada que cantada, que le llamaba cabrón, mientras vestía de oro su corazón. Maldito que el que dijo que cuando duele, todo irá bien, porque quieres. Maldito el que dijo que del amor al odio hay un solo paso, y maldita yo que escribí que el amor es el sentimiento más bonito que alguien puede sentir, porque cuando lo sientes de verdad, se te olvida el dolor, las punzadas en el pecho y las lágrimas dulces, el amor es contradictorio y caprichoso, es egoísta y vanidoso, es humilde y generoso...El amor es un viajero que lleva sombrero de copa para que la lluvia no empape sus ideas, porque a veces me da miedo pensar, me desespero y me eternizo en gotas de felicidad, me inundo en cristal, y deslizo mi alma hasta lo más hondo de este infierno, maldigo el día en que deje mi corazón olvidado en una caja de cristal, frente a tu puerta, el día en el que decidí esperar, el día en que me detuve frente al mar, en el acantilado y decidí no tirar mi vida al mar, maldigo cada segundo de pesadumbre, de dolor inmenso, de dudas desgarradoras, de paranoia pura y dura...Eran duendes los que cubrían mis sueños de algodón, y me decían que yo soy especial, que me queda mucha vida por recorrer, que tengo que escribir mucho dolor aún, y me cubrían a besos de miel, y me contaban que no puedo ser feliz, porque aún me queda mucho que escribir, y me repetían, que soy especial.
Y en mis sueños más tristes, aparecía él, como una luz en mayo, en apenas un mes, había conseguido sanar heridas de medio año, y en a penas un segundo le quise, le quise para mí, pero ahora la sombra me traga en pedacitos de anís, y mi arte me devuelve en versos de ayer.
El amor es dulce, es caótico, es bonito, cuando caminas de la mano, del hombre que te ama, y te sientes así, así de amada, pero cuando estás tirada en una esquina, el amor, es como un dardo que se cuela en tu corazón, haciendo trillas tus recuerdos, rompiendo esquemas, y hace qué, eches a llorar, en tres nubes de algodón...

28 de diciembre de 2010

Amor.

Me encantaría poder despejar mi mente de las mil y una paranoias que me arrancan las ganas de vivir, me encantaría pedir un deseo, y que por una vez en la vida se cumpliese, me encantaría que las cosas siempre fuese como al principio, que todo parece del color rosa, y por muy cursi que os parezca, es cuando más feliz eres.

La vida me ha dado mucho palos, cada día, a todas horas y siempre he sabido levantarme.
Algunas personas a base de errores, aprenden, a base de golpes los corazones se enfrían y se vuelven de cemento. Y qué, a veces pienso que quizás sea lo mejor...
Llega un punto de tú vida en el que no quieres seguir luchando, en el que pierdes la esperanza de toda ilusión azul, de todo cuento de hadas acaba por parecerte absurdo, y quieres tirar la toalla.

Sin embargo, para mí eso, llega a ser imposible. Sí, soy de las personas que aún creen en el amor.
Sé que, por mucho que se esconda, ha de salir, tarde o temprano.

Me encantaría vivir la vida a fuego lento, y disfrutar de cada momento, que las caricias y los te quieros fueran constantes y que no se olvidasen las promesas por un par de días de viaje.
Me encantaría soñar despierta, en el fondo de un deseo, soplar una llama, y pedir, pedir Amor.

Aplaudo.

¿Alguna vez te has sentido tan impotente que ni rompiendo todas las cosas que te rodean, baja esa rabia que te está mordiendo hasta el último soplo de ilusión.?
Qué pongan la mano arriba todas las mujeres que se han sentido desvanecer, qué se han sentido desaparecer, y tres segundos pasados, han querido retroceder, arrancarse el corazón y olvidar, cerrar los ojos, para contar hasta cien, con la única esperanza de que cuando los abriese, él ya no estuviera ahí.
Aplaudo la facilidad que tienen de ponernos los nervios en el centro del estómago, de hacer que tiemble nuestro labios inferior, y que las rodillas sean un par de cometas al viento.
Saben, sin darse cuenta, como hacer para que nuestra cabeza gire a 300km/h para luego, decir, ¡joder qué boba soy! Y es que hay algo que se nos olvida, con demasiado facilidad, cuando estamos enamoradas...Hay algo que solemos olvidar, con mucha frecuencia...



Aquella Estación.

Rota en silencio, y en el hueco de una despedida, se llena de alegrías, de regresos.
Es paso de silencio, de espera, de lágrimas, abrazos, idas y vueltas.
Aquella estación, se resquebraja, tantas parejas que se encuentran,
y los amigos que se prometen un "hasta pronto".
Se puede respirar su distancia, y sentir el dolor, o felicidad.
A tu lado, hay hombres con gafas que miran impaciente el enorme reloj,
hay jóvenes que lloran leyendo la última carta, hay mujeres que besan a su marido,
hay abuelos que esperan detrás de la puerta, hay corazones en puños,
y almas que caminan más despacio atrasando el momento de ida,
sin embargo otras corren porque se les va la vida en ese tren, autobús...

Porque todos sabemos, que la distancia, por corta o largo, que sea siempre nos duele
y vivimos por un segundo más con esa persona.
Porque la distancia y el tiempo
son jugadores caprichosos de esta partida.


Gold.

Todo parece en calma, el viento no sopla con fuerza, y la torre no parece temblar.
Es una torre de errores, escondidos bajo mentiras, es una verdad que se pudre.
Quién sabe, cuanto podrá durar, quién sabe hasta cuando la torre será alta y hermosa.
Mientras tanto, disfrutaremos de este tiempo, alto y hermoso, por si cuando la torre
se caiga, no haya vuelta atrás, y la mierda que se cubría sea mayor que una cueva del olvido.

Qué el amor se está muriendo.

Cinco, seis, versos cuentan de cristal, cinco, seis, sonrisas, horas y días.
Qué ha pasado con las palomitas del cine, y con los abrazos de reconciliación.
¿Dónde están los algodones de las ferias, y los besos furtivos?
Atrás quedaron las miradas de complicidad, los juegos tabús,
las caricias por debajo de la mesa, o los mensajes sin sentido.

Cuatro, cinco años para pensar, para gritar, cuatro, cinco segundos y minutos.
Qué pasó con las flores, y los bombones de chocolate...
¿Dónde se esconde el suspiro de enamorado, y la sonrisa de la luna?
Atrás dejamos los largos vestidos que insinuaban, y las ligas que provocaban.

Tres, cuatro, soles y décadas para poner el mundo del revés,
y sin a penas darnos cuenta, de que la vida, los pequños detalles se pierden
en el sucio bosque de lo pasado. Tres, cuatro notas de aquella canción,
que te susurren al oído, que te hablen de la sonrisa de la luna
que te abrecen mientras miman tu cuello, son tres segundos que
los pájaros detienen el tiempo, que el viento deja de soplar...

Dos, tres minutos para caer en la cuenta de que alguien te aprecia,
alguien te quiere de verdad,
que alguien no sólo desea verte desnuda bajo la luna,
que no todo se reduce a un seco y vacío te quiero, que el mundo no está tan loco.
Dos, tres caricias para entender que todo no está perdido.
Qué los duendes existen, y que los deseos se cumplen.

Uno, dos versos, canciones, para soñar, uno, dos días y noches.
Qué ha pasado con los amaneceres de la mano,
con los paseos en silencio, con las conversaciones mudas.
¿Dónde están los abrazos eternos, dónde quedan las caricias que hablan?
Atrás quedaron la sensualidad, la noche envuelta en rocío.

Cero, uno soles para recordar los pequeños detalles, que eran de verdad.
Cero, uno segundo para envolverte en alguien de verdad,
para entender, distinguir, aprender, que el amor se está muriendo.
Cero, uno minutos para querernos con el corazón, y con el sexo.

22 de diciembre de 2010

Sí, me gustas.

Sí, me gusta cuando me abrazas, y me haces sentirme pequeña, cuando me agarras el pelo al besarme. Sí, me haces sonreír cuando me miras como si fuese la última vez que pudieras estar conmigo, y es que parece que intentas aprenderte cada detalles de mí. Sí, me gusta cuando nos enredamos y luchamos con la nariz, me encanta que no seamos nada, y que todo sea tan especial, y que vayamos tan despacio. Sí, creo que esperarte a sido la mejor decisión que he tomado, en mucho tiempo...Porque hacía mucho tiempo, que no me sentía tan feliz, con alguien a mi lado.. Porque eres algo más que especial..porque eres algo más que un cielo.. Sí, me gusta como se está pintando esta historia...

19 de diciembre de 2010

Y me abandonó para siempre.

Hoy he soñado con ella. Vestía de blanco, y se columpiaba tan alto que parecía tocar el mismo sol. Tenía una amplía sonrisa y los labios pintados de carmín. El pelo recogido en un inseguro moño que dejaba escapar ciertos mechones de pelo...Caían sobre su esbelto cuello... Sus ojos se mostraban inquietos. Se acercó a mi, y en un abrir y cerrar de ojos me estrecho entre sus brazos, cubriéndome con su aliento. Entonces se alejó poco a poco, y como levantando el vuelvo, desapareció en un terrible dolor, inundando mi alma de un terrible sentimiento de madurez. Y entre lágrimas juró que no volvería, bien sabía que un día se tendría que ir, pero sabía que no era ni el momento ni el lugar, pero así lo quiso, mi suicida decisión. Desapareció dejando tras de si, un charco de sangre y una botella descorchada. Hoy he soñado con esa noche, en que dejándome beso en la mejilla, ella me abandonó para siempre. Y entre lágrimas, me dejó aquel terrible primer dolor, pero que no tan tarde se convirtió en otro vicio más, en otra sensación. Vestía de blanco, y se alejó poco a poco, en silencio, descorchando una botella.

15 de diciembre de 2010

Las prisas no son buenas..

He corrido toda mi vida, he tenido prisa casi siempre,
me he desesperado con facilidad, me he ilusionado en segundo.
He tenido el corazón abierto a extraños, y he dado la mano a enemigos.
Toda mi vida, he cometido el error de tener prisa,
del querer bien inmediato, y de perder segundos, por seguir la carrera.

Por una vez, en 18 años, voy a detenerme, voy a perder el tiempo.
Voy a esperar, voy a bajarme del tren y vivir una historia que no
tiene ni principio ni fin, porque por una vez no voy a desesperarme
por ponerle etiquetas a lo que siento.

Y es que si algo he aprendido con los años, es que las prisas no son buenas,
y que hay que saborear cada detalle, y palmar cada segundo.
Primero quiero conocer cada pliegue de la persona que quieres,
primero quiero perder todos los minutos a su lado, conocer.

Porque alguien me dijo una vez, que las mejores historias
se escriben despacito y con buena letras. Porque es mejor
no poner nombre a cada cosa que haces, o sientes,
simplemente se trata de saborear cada instante de felicidad...

Dormida.

Probablemente este dormida, cuando vayas a pintarle sueños bonitos, cuando vayas a decirle "te quiero" entre suspiros entre cortados, y sinceros. Y dejarás una rosa en su ventana, arropando sus ilusiones, y abrazándola fuerte, para protegerla de sus miedos.
Probablemente ella sepa, que estás allí, pero cierra los ojos bien fuerte, porque piensa que eres un bonito sueño, y durante esa noche, no quiere despertar. Puedes darle un beso, y desearle buenas noches, acurrucarte a su lado, y dormirte con el latido de su corazón, puedes besarle la nariz, porque se hace la dormida y no va a protestar, puedes acariciarla el pelo, porque ella se concentra en no despertar...Probablemente este dormida cuando vayas cada noche, y escales por su ventana, para arroparla de sus miedos.

Más bonita.

Y me gustaría ser más bonita para confiar más en mi sonrisa, y sacarle los dientes y arañar más fuerte esta vida. Y me gustaría contar las batallas ganadas, con los dedos de mis dos manos, y me gustaría tener seguridad, y ser de esas chicas que caminan tan deprisa sin mirar atrás. Y tener el corazón de hielo, y las caricias de porcelana, me gustaría ser brillante y deslumbrarte. Ser más bonita para poder gritar que te merezco, y los ojos más grandes, y el corazón más fuerte. Ser de esas chicas, que rompen miradas de jazmín, allá por donde pisan. Ellas parecen no tener miedo, parecen tan bonitas cuando levantan la mirada, parecen tan seguras cuando hablan...

Y me gustaría ser más bonita, para confiar más en mi misma.

13 de diciembre de 2010

Lo que más me gusta.

Llámame infantil, loca e inmadura si así lo prefieres.

Pero lo que más me gusta de este mundo es perderme en los bosques,
nadar desnuda en algún río, y mojarme los pies en la playa.
Yo le pido deseos a las estrellas, y al soplar las velas, siempre pienso en alguien.

Las peleas de almohadas, y las cartas de la distancia,
las llamadas cuando estas inundada en alcohol,
el regreso a casa sin zapatos, y con el pelo alborotado.

Pintar por las paredes el nombre de quien me roba el sueño,
meter la cabeza debajo del agua y jugar a ser pez.
Saltar de dos en dos las escaleras, imaginado que estoy volando.

Tumbarme en el suelo.
Los viajes sin maleta ni destino.
La conversaciones de las hadas y duendes.
Los latidos de un corazón enamorado.
Los ojos brillantes de un amante.
La voz cansada de un viejo ejercito de mariposas.
El sudor de un hombre.
El abrazo de alguien que quieres.
Bucear en tierra, mar y aire.
Las miradas con palabras entre amigas.
Las manchas de helado.
Los sueños.

Llámame infantil, loca e inmadura pero lo que más
me gusta en el mundo, es andar descalza por la hierba.


9 de diciembre de 2010

Una morena se desespera.

Se sienta, espera, desespera, los horas parecen muertas, y quiere respuesta, o su corazón parara. Una morena se sienta en la ventana, fuma su cigarro, tose sólo un par de minutos más impaciente. Es tan perfecta que no mueve ni un centímetro de su piel, ni un gesto, porque la cuenta de los segundos la lleva en el alma. Cada instante que pasa, el miedo se hace aún mayor...
Algo recorre sus venas, la envenena la cabeza con recuerdos, y se llama impaciencia.
Gira la cucharilla de su café una y otra vez, empieza a sentirse incómoda con tanta espera.
Y al final se levanta, mira las pilas del reloj, parece estar muerto, y los segundos pesados como una roca en el mar, y las palabras lentas como una paloma de guerra. Una morena espera, sentada en el sillón gris del fondo. Ni un milímetro de su cuerpo, porque el dolor le tiene sedado el corazón.

Cállate.

Por una vez en mi vida, voy a decirte más alto y no más claro.
Voy a darte voces delante en tu cara, y en silencio.
Cállate! No necesito de tus estúpidos consejos, no necesito que me recuerdes
lo madura que eres, y que a mi edad, ya estabas en la carrera y tenías
novio, no me importa a cuantos tíos te has tirado a lo largo de tu adolescencia
o lo perfecta que eras. He callado, y he tragado, toda tu mierda, y muy
equivocada he querido ser como tú, sucia rata de cloaca.
Pero ahora me arrepiento de cada segundo que quise tocar el cielo contigo.
Sólo te lo voy a recordar una sola vez más, cállate, déjame respirar.
No intentes cambiarme, deja de tocar los hilos de mi alma, deja de querer
modificar mi felicidad, no necesito ni tus abrazos, ni tu veneno.
Aléjate de mí, porque puede ser que por primera vez, levante la mano,
y no será para pedirte consejo, permiso. Por una vez en tu perfecta vida: Cállate.

Lo siento.

Pero mis miedos, y mis inseguridades forman parte de mí,
como la torpeza o los sueños, como las ilusiones y un sinfín de errores.
También las locuras, y los viajes sin maleta ni destino.
Lo siento pero si no te gusta, puedes volver por donde has venido.
Acostarme con frío, dormir con peluche y levantarme cansada.
Ducharme con agua fría, y secarme al sol, contar mariposas...
Obsesionada con las nubes, daría dos años de mi vida, por volar.
Lo siento pero mis manías y mis defectos, forman parte de mí,
como mis ganas de luchar, de aprender, y de vivir...Y así sentir.
Cada recuerdo, cada instante, hasta cada segundo.
Cada dulce o amarga lágrima, cada pícara sonrisa, o mirada de complicidad.
Lo siento pero mis días y mis noches, forman parte de mí,
como cada caída, o bobería, estupidez o herida del corazón..
Y si no te gusta, puedes darte media vuelta, y volver.
Por el contrario si prefieres quedarte, cierra los ojos, y déjate llevar.
Cada persona, cada viajero que me acompaña,
sea por uno o dos segundos, forma parte de mí...
Lo siento, pero si no te gusta, puedes dejarme dónde me encontraste.






7 de diciembre de 2010

Era martes a media noche.

Era martes media noche, las velas se fueron apagando con el sopló del último recuerdo, y allí se quedo dormida, pensativa, envuelta en los recuerdos de aquella tarde.
Y una pequeña pero amarga lágrima resbalaba por aquella rosada mejilla, y es que recordó que una noche, no hace mucho, prometió no volver a vender su corazón...
Pero ahora, se palma su pecho y no hay calma.
Era martes a media noche, cuando poniendo patas arriba cada segundo de su alma, se dio cuenta de que le quería, y que no quería perderle, y entre lágrimas dulces entendió que le necesitaba...
Era martes media noche, y las estrellas dormían, y los suspiros la vencían.
Él la hacía sentir bonita y especial, y cuando estaba a su lado, se sentía menos vulnerable.
Se acercó a ella, la besó y le robó un pedazo de aquel cansado corazón, devolviéndola la sonrisa, esperanza de crecer, un amanecer abrazados...
Era martes a media noche, cuando arropada en aquella canción, quiso protegerle, quiso quererle, tocarle y entregarse.
Tendría cien días para demostrarle, para abrazarle, y más de cien para quererle.
Era martes a media noche, cuando poniendo patas arriba cada segundo de su alma, se olvidó del dolor que supuraba aún su corazón, y entendió que quizás el tiempo había curado cada herida, que parecía abierta...
Era martes a media noche, cuando cedió quererle, y por el tiempo que fuese, no quería perderle, porque aquella noche, de martes...le necesitaba.
Y limpió las telarañas, saco brillo a los te quieros, y pasase el tiempo que pasase, quiso esperarle, porque aquel martes a media noche...él la hacía sentir bonita.
Era martes a media noche, y le quería, no quería perderle, esperarle, necesitarle...
Era martes a media noche, y quería protegerle, arroparle, tocarle, sentirle, besarle...
Era martes a media noche y las velas se fueron apagando con el último soplo del último recuerdo.

5 de diciembre de 2010

Contraposiciones.

No quiero vestir zapatos altos de tacón, ni minifaldas de Dior, no quiero pintalabios rojo puta, ni sacarme fotos con el pelo caído, no quiero ser rubia ni delgada, no quiero escuchar el Top 10, ni pop Inglés, no quiero tener un novio con moto, y pendiente...No quiero tener un lazo en la cabeza, ni intentar ser perfecta, tampoco voy a intentar estar a la altura de las estrellas, ni usar Chanel.

Quiero vestir de ilusiones de caramelo, y tacones de cristal, pintarme con licor los labios, sacarme fotos bien fea, y siendo feliz. Quiero ser morena y con el pelo alborotado, porque escondo un lado malo, quiero escuchar el latido de un corazón, y saber que estoy viva porque me río, porque sufro y disfruto...Quiero un novio que me recuerde que soy su cielo, y que me rompa las medias cada noche, y por las mañanas me bañe en besos y abrazos...Que sepa cada secreto, rincón de mí. Quiero tener pájaros en la cabeza, y ser imperfecta, con vicios y defectos, tantos como sueños y recuerdos, también tocar las estrellas cada noche subida a la barra de un bar, y usar gota de amor envueltas en sudor...

Quiero ser diferente y romper los esquemas, quiero tumbarme en la hierba, mancharme de helado, y intentar tocar el sol, quiero ser única, tener bigotes de café, y vivir en cada batalla, luchar por cada latido. Apasionada, loca y muda de sentido. Estúpida, ilusionaste y depredadora.
Quiero ser lo que siento, olvidarme de lo que esperan que sea, caminar sobre mis pasos...

Poema en la noche de domingo.

Sólo se oía el gemir de los árboles
al balancearse en el último baile de fin de curso,
y como todo, todo acaba en un suspiro.
El último suspiro de un cansado corazón.
El último trago de una lágrima de amor.
La última nota de un concierto de rock,
el último gemir de una virgen de piedra.
Sólo se oía aquella noche un replicar
de notas de canciones de amor,
suspiros entre cortados y el chirriar de un loco corazón.
Aquella noche de domingo,
los gatos no maullaban,
los perros no ladraban.
Hasta los búhos dormitaban inquietos
entre el balancear de las ramas de los árboles.
El último grito de terror,
el último versos del poeta muerto,
la última caricia del amante...
Sólo se oía el latir de su corazón,
y el eco de las sordas palabras de aquel domingo.
Ni la última gota de café que derramó,
y aquel viaje en globo, ni el sueño de los trece años,
no se oía ni el caminar de los años.
El tiempo parecía tímido, y el reloj valiente,
osado de acabar con los años.
Sólo se oía el crujir de las lágrimas de las hadas,
y la risa del duende.
Aquella noche de domingo,
se escuchaba cantar al río,
y llorar al viento.

2 de diciembre de 2010

Si te veo sonreír.

Mis intenciones son claras, quiero hacerte feliz.
No me preguntes cómo ni porqué,
tan sólo sé que vuelvo a amanecer si te veo sonreír.

Escucha, quiero despertar a tu lado, contar las nubes,
mancharnos con helado, comer palomitas y besarte en un cine.
Atento, quiero cuidarte, arroparte y abrigarme con tus brazos.
Abrazarte, quererte, escucharte, soplarte, y desnudarte.
Que me protejas, abraces, acaricies, esta noche, quedarte a mi lado.

Mis intenciones son claras, quiero hacerte feliz.

1 de diciembre de 2010

Un caso de Mil.

Las lágrimas se deshacen por su mejilla, se siente morir, la niña más rota e indefensa del barrio, y de repente hay una mujer, hay una violación, hay un cielo que desquebraja. La inocencia queda teñida por la fuerza de la pasión, mentiras y pecados. Era tan dulce que bailaba sobre los bancos, y con su faldita nueva sonreía, se dejo enamorar por el más mayor. Y así sufrió. Se creía la reina del baile, se fue perdiendo hasta perder hasta la felicidad. Se decía que era la niña más bonita de la cuidad hasta que le conoció, se decía que cantaba cada mañana, que era la treceañera más deseada. Y el tiempo pasó, odia a ese cabrón, pero era amor, era tan inocente...Y cuatro lágrimas visten su carita, y se escucha el latido de su corazón. Abrió la puerta de su alma y se llevaron su infancia. Abrió sus piernas y se llevaron su vida. Se decía que era la niña más bonita del barrio.

Ella.

No sufras más pequeña, que yo estaré contigo. Qué no estás loca, y si estás así de enamorada, lloraremos las dos por teléfono, te escribiré las palabras de amor destiladas, y así podrás. Porque recuerda que no hay distancia, ni tiempo para decirte que te quiero. No sufras más pequeña, desata tu cansado corazón, abre las ventanas de tu alma. Quédate dormida en una nube de cristal que yo te arroparé y cuidaré de que no caigas en dulces pesadillas. Quíerele, odiale, si así eres feliz, hagas lo que hagas...Porque la amistad no es una tarde compras, tú eres un de mis siete tesoros, tú eres uno de mis pilares, y se que no exagero nada, porque lo daría todo, volaría cada amanecer por verte sonreír. Eres grande, pequeña. No sufras más. Te quiero Garazi. Maite zaitut.

30 de noviembre de 2010

Miedos.

Si de algo no puedo presumir es de ser valiente...Doy la luz cuando voy por el pasillo, y siempre miro debajo de mi cama, por si algún monstruo se quedó ahí a dormir. Me asusta la soledad, el frío de una cama vacía, o una noche de invierno. Me dan miedo los guisantes y las despedidas.
Lloro con facilidad, y con el corazón, me tomo las cosas como algo personal, por eso también me da miedo confiar en el mundo, porque soy tan inocente como la luz de la luna, que se cree que ilumina.
Me dan miedo las noches de estudio porque el hombre del saco, se esconde en el fondo de mi corazón. Me dan miedo las matemáticas porque me mordieron un pie, y la filosofía porque me da vueltas la cabeza sin inundarme en alcohol. Me da pánico sentir te quieros en mi alma, porque suelen volverse en contra mi, y hacer daño, algunos llegan a hacer hasta heridas, que no curan.
Me da miedo crecer, ser mayor, decidir. Porque estoy mejor enredada entre sábanas.
Me dan miedo las pesadillas, las largas tardes de recuerdos, y los cafés sin chocolate. Las caras tristes, y las sonrisas marchitas, me da miedo volverme loca de verdad.
Lloro cuando tengo miedo, y es que por muchas veces que me haya dejado caer el corazón, en pozos y largos hoyos, sigue intacto como el primer día que latió. Tengo miedo de dejar de llorar.

29 de noviembre de 2010

Abrazo.

Se acercó a mi, y me vistió con el abrazo más tierno que jamás alguien me había regalado.
Sin merecerlo, sin conocerme, sin dar explicación. Se acercó a mi, y me limpió lágrima, a lágrima.
No le importó que pareciese una loca, borracha y caprichosa con el pelo alborotado.
Ahora has descolocado mi mundo, revuelto mi cansado corazón.
Esta mañana me he levantado con un nudo en el pecho, y he decidido bajarme del tren.
He parado tres segundos mi vida, y he pensando con el corazón.
Qué no me importa, pero en silencio me quiero acerca más a ti, sin confesarte, escuchar, ver, oír, y callar...empezar por quererte, te acercaste a mi, y sin merecerlo, me diste el abrazo más tierno que he podido sentir, en mucho tiempo. No te importó que pareciese una loca con el pelo alborotado.

25 de noviembre de 2010

Ángel de La Guarda.

A veces no hay nadie que te haga más daño que tú mismo,
te crees el dueño y señor de tu vida, y el rey de la Fiesta. Crees que dominas cada segundo que te rodea, y que nada será un bache más para ti.

Después de muchos golpes, crees que tienes el corazón de hielo, y sin embargo, basta con cometer un error, un despiste, una inocencia, acto de inmadurez, acto de cobardía, de inseguridad, para darte cuenta de que tú corazón sigue igual que la primera paliza, intacto, débil e infantil. Y parece que nada de lo que habías aprendido, es realmente útil, porque has estado a punto de meterte en la boca de un lobo.

Nunca piensas que un desconocido, alguien que no te conoce, venga a ayudarte, y de paso a salvarte, ser un ángel de la Guarda. Es algo que no suele pasar. Es algo que me sobrepasa.
Quizás el mundo no este tan loco, y aún quede gente buena...
A veces una simple niñería puede hacerte volver a sentirte quinceañera, irresponsable, y vulnerable. Y es que no me gusta ser tan estúpida.

A tiempo de salvar errores, a tiempo de rectificar y aprender. Porque no hace falta que nadie te haga daño, a veces somos nosotros mismo los que más daño nos podemos llegar a hacer.

Quizás el mundo no sea tan malo, y aún queden por ahí ángeles, ángeles de la Guarda.

23 de noviembre de 2010

Un día te levantas.

Un día te levantas, y las nubes han dejado de doler. Su voz no te ha hablado por la noche, y no has soñado con el tacto de su mano otra vez…Su sonrisa no ha aparecido recordándote lo que ya no es tuyo. Su olor se fue con la última ráfaga de dolor, arrastro la tristeza, y la soledad.

Un día te levantas, y no hay lágrimas en tu almohada, ya no hay pesadillas en el fondo de las sábanas, ya no hay recuerdos que hagan trizas tu corazón. Quizás el tiempo ya pasó. Ya no recuerdas su despedida, ni las palabras que te dejó cuando se marchó.

Y ese día llegó, vuelve a abrir tus puertas, ventila tu corazón, limpia las telarañas, y dale una oportunidad a aquellas almas que te hacen feliz, que te hacen reír, porque quizás ellas nunca se marchen, quizás ellas no hagan trizas tu hambriento corazón. Déjate llevar, por tu instinto animal. Porque quizás el tiempo ya pasó, su sonrisa se borró de tu dolor.

22 de noviembre de 2010

y voló.

Un rayito de luz se ha colado en su viejo corazón, una sonrisa parece querer brotar de esta vieja alma cansada. Nunca es tarde para tirar los recuerdos a la basura, ni para limpiar las telarañas que ahogan nuestro pobre corazón.

Se quedó dormida una noche, por fin, después de mucho llorar, después de meses sin respirar, acabó con todo el licor del condado, y con las reservas de helado del país. Ni el tiempo se atrevía a pasear por su vida.

Pero algo la despertó, algo la hizo levantar el vuelo, empezar a caminar, de nuevo, y la rabia se llevó el dolor, la soledad trajo la felicidad, y entendió con empeño que había perdido el tiempo.

Ahora extiende sus alas, cuando siente que la vida se le escapa. Ahora sonríe cuando algo la hace daño, y no pierde más el tiempo en llorar, porque los meses pasaron y ella tiene mucho que sentir…

Y recuerda que no hay nada en este mundo que te pueda parar, que nadie debe hacer que te rindas, y que la toalla no debes tirar.

Porque el mundo espera algo grande de ti, porque estás aquí por algo, y debe luchar por descubrirlo, y debes demostrar al mundo que quieres ese algo.

Un rayito de luz atravesó su dulce y cansado corazón, y voló.

19 de noviembre de 2010

Políticamente Correctos.

Somos lobos con el hambre desatada, vestimos las mentiras, y lloramos farsas.
Gordos, calvos, usamos chaquetas de zorro, o quizás de noches abrigos de zorra, olemos a mierda, pero mierda de cien euros. Y rascamos los bolsillos cada mañana de los trabajadores, mientras sonreímos y prometemos un sueldo más digno. Hablamos cara a cara con las oficinas de paro, pero desconocemos las madres que se dejan violar por dar tres comidas a sus hijos, o olvidamos las caras de los padres que se desloman por la educación de sus hijos... No sabemos la opresión de los jóvenes. Y es que desde nuestro despacho de la Gran Vía, esas cosas no se llegan a ver. Gordos, calvos, trajeados, profesionales de la mentira, y la hipocresía.
Magos de la crisis, y hombres de fe. Políticos, peces gordos, empresarios fascistas, muertos de corazón, hambrientos de dinero, farsantes de la democracia, violadores de los derechos.
Somos perros viejos, calzamos campañas envueltas en licores de mentiras, borrachos de poder, ansioso de euros, olvidados de la sociedad, somos la mugre que gobierna, somos la mierda de oposición, somos los representantes de esta timocracia, somos los lobos de la democracia.

17 de noviembre de 2010

inútil.

Al principio no dolía, al principio la rabia cubría el dolor. Pero el puto tiempo paso.
No importan las tardes tirados en la hierba, ni las noches entre caricias y suspiros,
que más dan las escapadas a alta velocidad, ni los días de lluvia envuelta en ti...
Atrás quedan los te quieros envueltos en alcohol, y las miradas de complicidad.
Ya no tiene sentido recordar, ni sentir, ni olvidar.
Y me siento tan inútil por odiarte.

15 de noviembre de 2010

Bueno e intenso.

Y cuando creas que algo es lo suficientemente, bueno e intenso, haz que el mundo lo vea.
Pinta, canta, escribe, baila, sueñes, actúes; sea lo que sea, llévalo al límite.
Demuestra lo que vales, lo que tienes dentro, y exprésate, porque el mundo no está del todo perdido, aún queda gente con ganas de ser, de sentir, y tenemos que florecer.
Y cuando creas que algo es lo suficientemente, bueno e intenso, haz que el mundo lo sienta.

9 de noviembre de 2010

Era domingo por la tarde.

Era domingo por la tarde, llovía cada gota del cielo, pero hacía calor en cada rincón.
No recuerdo que hora era, ni que mes, ya ha llovido tanto desde entonces que no recuerdo ni el año. Sólo recuerdo el frió que me invadía, la soledad como me aplastaba, y la dulce ira como me mataba.
Nunca había odiado tanto a una persona, nunca había sentido mi alma tan desquebrajada, tan rota en el silencio más oscuro.
Contaba con tres años de espinas clavadas, y veneno en mi corazón, pero aquel domingo me dejo tirada en el suelo, ahogándome entre cada recuerdo, sin poder ver ni el sol.
Nadie sabe como sentí la vida, como lloré aquel domingo, nadie sabe lo mierda e inútil que me puede llegar a reflejar, nadie sabe lo que yo prometí aquel domingo por la tarde.
Apenas era una niña, y mi corazón se tambaleaba en el abismo, y juré no perdonar.
Ya no puedo recordar el frío de sus manos, ni el latir de mi corazón que parecía rezagado, ni la agresividad de su mirada; pero siento aún arcadas cuando un recuerdo me golpe la cabeza, cuando siento la ira, y el miedo. Cuando me acuerdo del pánico que sentí apenas contando catorce años de edad.
Era domingo por la tarde, casi siempre era un domingo por la tarde, y hacía calor en cada esquina, aunque las orejas se congelaran con cada paso que daba.
Nadie sabe que fueron años, masoquismo puro y duro como el granito sobre el que intentaba no abrir los ojos, intentando ser feliz bajo millones de amenazas, millones de sentencias, mentiras, sobre todo mentiras. Porque si algo tengo claro, que sabes hacer es mentir.
Era un domingo por la tarde, y llovía cada gota de ira.
Nadie sabe cuanto lloré aquella tarde, nadie sabe que prometí aquel domingo, nadie sabe que pasaba aquellas tardes de domingo. Y moriré con mi secreto bajo lágrimas, porque hoy tiempo después vuelvo a dormirme con miedo, he recordado cada domingo, y un escalofrío no me deja dormir...Y moriré y no seré capaz de perdonar, y no seré capaz de hablar de aquella tarde.
Hoy es noche cerrada y me siento cara a cara con los recuerdos, pero nadie sabe lo que he llorado.

8 de noviembre de 2010

Ahí que joderse.

Somos de esos que no callan cuando deberían morderse la lengua, de los que meten la pata una y otra vez, somos de los que sonríen por la mañana, de los que cantan cuando se van a la cama.
Somos de esos que nos vamos de viaje con lo puesto, sin maleta ni dinero.
Somos de los que pasamos horas muertas, frente al espejo intentando desvelar las complejas caras que somos capaces de imaginar, de esos que piensan en como sería el mundo del revés.

Vestimos sueños, calzamos ilusiones, y nos gusta el café con chocolate.
Nos gustan las películas de miedo, porque nuestra vida no nos da miedo, nos gusta regar las plantas, y leer enormes libros que nos dejen buen sabor de boca.

Somos de los que hacen listas, para la compra, para el fin de semana más loco, para el verano más desfasado, para organizarnos, e incluso una lista con cosas que debemos hacer antes que nos incineren, y sin embargo somos, los que primero nos saltamos esa lista.
Somos de los que hablan con duendes y hadas, y no confían en los bancos, en el estado, ni en la Iglesia.
Somos de los que estamos más seguros perdidos en el campo, o a solas, bolígrafo en mano. Somos de los que imaginamos el beso perfecto, de los que no nos gusta comer en casa, de los que dormir está al final de las cosas que hacer.
Somos de los que coleccionan sonrisas, piedras, fotografías, hasta latas de cerveza. Somos de los que la música es droga, como el licor es pasaporte a la gloria, y el sexo es camino al placer más puro.
Somos de los que escribimos para escupir lo que suena demasiado duro, para expresar un roto o marchito corazón, o para cagarnos en la sociedad...
Somos de los que observan detrás de un cristal sucio, y de los que toman helado en cada, con la calefacción dada.
Somos de los que juegan al escondite, de los que corren por la calle, de los que hablan de como cambiar el mundo.
Somos de los que la felicidad tomamos por meta, de los que un guiño nos envuelve, de los que nos gusta hablar, reírnos, y tomarnos los problemas de dos en dos; entre tequila y tequila.

Somos, somos, somos tan pocos que me miro en el espejo, y me veo sola, pero se que hay más como yo, más amantes de la palabra, más ninfomanas de los pequeños placeres, más hijas de la noche, más dueñas del día, se que no estoy sola, y que el príncipe de mis sueños existe. Y seremos de los que cuentan el amor en gotas de sudor.

7 de noviembre de 2010

Porque hay un día, un instante en nuestra vida,

que nos damos de bruces contra la vida,

y nos damos cuenta de que hemos crecido,

porque de pronto,

sentimos que el tiempo que se nos escapa de las manos,

y no podemos echar marcha atrás.

6 de noviembre de 2010

Pequeñas trizas.

Y allí está sentadita, ya cansada de amar, y de pensar, y el amor se queda ya bizco de tanto que la hizo daño. Y promete no volver a besar ni morder ninguna ilusión. Se viste de nube rota, para que las lágrimas no parezcan tan tristes. Y allí está calladita, se quedó sin sonrisa, sin perdón. Porque el amor la volvió loca, la volvió muda, de dos o tres años, haciendo pequeñas trizas a su corazón, ni el tiempo logro curar tanto dolor, ni los golpes sanaron, ni las mentiras se olvidaron. Y allí se quedó, perdida en el recuerdo, como una dama rota en el regato del amor, como un ave cansada de volar, ella promete, pide no volver a amar ni escuchar falsos te quieros, que le marquen para siempre. No quiere despertar, ni tocar el cielo, ni siquiera quiere intentar volver a sonreír. No quiere hablar, ni llorar, ni sentir...Y allí está esperando que el tiempo, cure algo de lo que el amor arrasó.

3 de noviembre de 2010

Y añoro.

Añoro todo sentimiento de culpa, que pueda cortar el viento, en una tarde de invierno.
Añoro cada flor de mayo, y cada sonrisa de otoño.

Y sin embargo, hoy no puedo dormir, me encuentro sentada en la ventana.
Esperando, sin nada más que fumar, ni que beber.
Porque mi alma está consumida como cristal más oscuro que jamás se construyo.

Añoro las copas de helado y las nubes de algodón dulce.
Añoro los bocatas del recreo, y las visitas del ratoncito Perez.
Y aún creo en los Reyes Magos.
Aún con dieciocho años enciendo la luz del pasillo.
Porque el hombre del saco, siempre me habla en sueños.
Y que vendería mi alma al diablo, si no hubiera hecho un trato hace años ya con él.
Y que peco de ilusa cada día, de ira a menudo.
Y me confieso, pecadora hasta la punta de mi pie.

Añoro la sencillez de las nubes del campo, y de las sonrisas de la playa.
Añoro poder dormir tranquila, sin que un mal recuerdo te muerda en mitad de la noche.

Y es que debajo de mi cama,
se que se esconden los monstruos más buscados por la policía de los sueños.
Sin embargo, hoy estoy tirada en el fondo de un recuerdo, moribunda, botella en mano.
Hoy se muere de hambre mi corazón, y se calla en silencio mi alma.
Porque hoy me siento a la deriva.
Hoy quizás no fue un buen día para desencorchar el dolor, para limpiar el corazón.
Quizás una espada lo atravesó, dejando el olor podrido del ayer.
Mezclado con un falso perdón, y adornado con flores blancas ya muertas.

Añoro el viento sobre mi pelo, y las ganas de comerme el mundo.
Añoro cada nota de una canción que nunca se escuchó.
Añoro las lágrimas sinceras, y el amor en gotas de sudor.

31 de octubre de 2010

Ni el envoltorio.

No puede mirarle a la cara, no puede pulsar su alma, ni tranquilizar su corazón. Cuando él está cerca, su sangre quema, y la cabeza le da vueltas, no basta con apartar la mirada, respirar su mismo aire, la enferma. Él no puedo imaginar el dolor cuanto pesa, cuando está cerca; ella no puede deshacerse de los recuerdos, y se siente morir. La ira la siente, el dolor la marca, y se desvanece tras cuatro tequilas, y acaba tirada en el baño, vomitando cada sueño, cada mal te quiero. No quiere volver a olerle, ni sentirle, le quiere lo más lejos posible, pero la encantaría borrarle esa sonrisa de un sólo golpe, de la cara. Porque por más hizo por él, las cosas se hundieron como un palito en el mar más bravo del sur, de cada momento no quedo ni el envoltorio.

26 de octubre de 2010

Cuando alguien llora.

Cuando alguien llora el tiempo se detiene, y la melodía se queda seca, porque la lluvia se resbala; cuando alguien llora, el corazón se ablanda, y el dolor se tiñe, los ojos se inundan, y un pesar te recorre por todo el cuerpo. Cuando alguien llora los ríos se desbordan, y los mares se enfadan, el cielo se apaga, el sol se esfuma.

Cuando un hombre llora, se desgarra todo su poder reduciendo al mínimo su agresividad, dejando olvidado el lado más duro, dejando ver el lado más humano. Cuando una mujer llora se abren cien flores para consolarla, se estrellan las aves del cielo, y se rompen las ilusiones de quienes la quieren. Cuando llora un niño se cae la sonrisa del mundo entero, se para el corazón de su madre, se queda quieto el viento.

Cuando alguien llora no sabemos qué hacer, no sabemos qué decir, ni a dónde mirar. Digas lo que digas siempre queda vacío, al lado de un sollozo, hagas lo que hagas siempre queda ciego al lado de una lágrima, mires donde mires no puedes ahogar ese llanto… Cuando alguien llora, el mundo entero se queja, los problemas se disuelven, y las caricias se vuelven ásperas, cuando alguien llora…

24 de octubre de 2010

Botón a botón, la desnudó.

No entiende, no sabe, porque se pasa las horas muertas frente a la taza de café, sigue igual de frió, que hace cuatro días, sigue igual de amargo que ayer. No entiende, porque dejó caer cien lágrimas en aquel atardecer, si apenas probó el dulce sabor de su mirada, apenas olio su sonrisa, pero le gustó. Ella se enamoró de cada beso, a oscuras, a tientas como le arrancaba la ropa, botón a botón la desnudó...No entiende, porque esta noche se desploma sin sonrisa a dormir, cargada de esperanzas rotas, que se amontonan con la ilusión en el fondo de su corazón. El reloj se ha quedado parada, y los segundos parecen horas, los suspiros marcan cada latido, y el café sigue ahí, esperando ser ver vertido, para calmar ese sueño que amenaza con echar a llorar.

Primero, y segundo.

Se apaga la luz de cada corazón, cuando hace frió se queda dormida en el sofá, hecho la manta a lavar, y sus brazos los tiro de su vida. Se apaga cada lágrima cuando recuerda cada segundo roto en mil pedazos, llora por él, llora por creer en esta historia. Se apaga la luz de su alma, se apaga cada ilusión, se rompe su sonrisa en mil pedazos. Se queda dormida, mecida en un mar de dolor, en mar de recuerdos, de promesas estrelladas contra una herida, que cada día es más fuerte, es más grande. Llora por cada te quiero que pensó, llora por cada caricia que sintió, por pensar que cambiaría…Se apaga cada mirada, tras una vela, mal encendida, no hay más camino para seguir, las huellas se borran justo aquí, y esta historia no tiene final feliz. Se ha quedado tirada en el suelo, ahogando las penas en el licor, tirando cada lágrima al vacío, y rompiendo cada momento, quemando cada fotografía. Se apaga cada sentimiento, dejando paso a la ira, que se crece más la rabia, el dolor se torna a odio, y el amor desaparece con el último te quiero. Tan pronto llora, rompe cada café que suene a perdón. Llora por el tiempo perdido, por la paciencia rota, por el amor que ella demostró, y él ignoro con esa absurda facilidad…Se apaga cada segundo, y la tristeza echa a correr tras la felicidad, y las alas vuelven a agitarse inquietas, y el corazón vuelve a latir. Se apaga la vela, mal encendida, y un frió congela el dolor, dejando paso a la libertad. Ella se siente mejor, aquí juega su vida, y este tiroteo de sentimientos ha acabado, trae cinco muertos, y un corazón nuevo. Llora para limpiar cada beso que la hizo daño, para olvidar cada caricia a la que se aferró, llora para consolar su nuevo corazón…Se apago la vela, de esta historia, mal contada, mal cuidada, se apaga cada segundo de dolor, cada minuto de ira, dejando paso a la soledad, que toma café con la libertad, y lleva de la mano, la felicidad…Se juega su vida, se acabó este tiroteo de sentimientos.

20 de octubre de 2010

Ya no sabe a tí.

No esperes nada inocente de esta loca con el pelo alborotado, no esperes que me quede de brazos cruzados, y no esperes que voy a volver a dejarme pisar. No esperes que el reloj marque tus momentos, ni que el calendario pase sin hacer ruido. No cierres las puertas, nunca, deja las ventanas abiertas, duré una noche, dos días, o ocho años, vive el primer momento como el último, y el último como un recuerdo. No dejes que nadie ate tu libertad, ni que pongan frenos a tu locura, porque no volveré a dejar que alguien me corte las alas. Porque no volveré a ser la puta de nadie, habiendo amor de por medio. no esperes que vaya a buscar mi corazón, lo deje secar al sol. No esperes que me refugie en una ventana sucia, tras la lluvia, ni que no te olvide, no esperes que guarde los momentos juntos, ni que te eche de menos...Porque olvidé el significado de amor, por tí, porque eché de menos la felicidad, y porque cada día llovía sobre mí... No esperes que piense en tí, porque mi corazón vuelve a latir, y mi cama ya no sabe a ti...

6 de octubre de 2010

Era un viernes por la noche...

Se ha quedado sentada en el sillón marrón de la esquina, aquel que no le gustaba, pero que recoge cada pedacito de su corazón...Se ahoga en el cuero que huele a viejo, se ahoga con el tequila que sobro de aquel último fiestón. Se ha quedado sin palabras, ni las lágrimas quieren bailar esta noche con ella, se ha quedado sola con su tristeza. Las horas pasan de golpe tan lentas que parece que el reloj va a morir, las horas tocan cada herida, haciendo insoportable el respirar rítmico y silencioso de su alma...Era un viernes por la noche cuando caía la última gota de abril, destrozando cada ilusión, cada sueño. Hacía frío, y los cristales amenazan con huir...Se ha quedado sola sentada en aquel sillón marón, del fondo de la habitación...No siente ni frío ni tristeza, no escucha el latir de su corazón, y se olvido de poner atención a las hormigas que comen de su dolor...Era un viernes por la noche, no había nada en la televisión, nada en la nevera...nada en su corazón.

Algún día echarás de menos.

Algún día echarás de menos, sus estúpidos mensajes, que no tenían sentido, pero que te hacían reír, echarás de menos sus abrazos, sus rabietas, también sus fallos, sus inseguridades. Algún día echarás de menos cazar duendes con ella, que salieran hadas cuando estabais juntos, echarás de menos las escapadas al pantano, y las noches tan largas, los bailes que te dedicaba... Algún día echarás de menos su risa, su locura, su torpeza, echarás de menos poder llamarla nariz pocha, poder vacilarla, poder darla besos en la frente y abrazarla...Y entonces echarás de menos cada borrachera, y su sonrisa pícara, sus gemidos tan suaves, echarás de menos hasta su olor, hasta el olor más íntimo...Algún día echarás de menos sus miradas, hasta la sonrisa más boba. Entonces echarás de menos despertar a su lado, dormir con ella sobre tu pecho, buscar entre las sábanas y solo encontrar su piel desnuda, echarás de menos cada movimiento. Algún día echarás de menos la libertad que ella te dio, echarás de menos el lazo tan fino que os unía, hasta la confianza que deposito en ti....Algún día echarás de menos cada segundo que ella rompía con una risa.

5 de octubre de 2010

También se llorar.

Lloro cuando suena el despertador y las sábanas pesan quilos, y quilos de recuerdos,
cuando abro la ventana y ya no soy capaz de oler tu voz.
Lloro cuando se acaba el humo de mi chocolate,
cuando cae la última gota de mi felicidad.
Lloro cuando el viento me pone cuernos, y la lluvia borra mi sonrisa,
lloro hasta cuando el sol de verano quema mis ilusiones.
Lloro cuando los recuerdos se agolpan en esa esquina de mi corazón,
cuando las promesas caen peso plomo sobre las ilusiones,
haciendo pedazos cada sonrisa de mi interior.
Por llorar, lloro hasta cuando no me miran sus labios,
cuando no me abrigan sus brazos, hasta cuando no me envuelven sus suspiros,
por llorar, lloro hasta cuando no me baña su cansado sudor...
Lloro hasta cuando suena el despertador y no hoy no le voy comer.

4 de octubre de 2010

Necesidad.

La necesidad del escritor surge cuando quiere que cada centímetro de la felicidad o del dolor, pase página, cuando el alma del escritor quiere dejarse ver. La necesidad de ahogarse entre versos, y alcohol, es como la de respirar, como el agua a la sirena, o el aire a un hada; para un escritor, la necesidad de escribir, es tan vital como el comer, el beber, o el sexo...Ya no tengo miedo a escribir, las palabras salen solas, y las lágrimas no me asustan, no tengo miedo al que dirán, tan solo dejo fluir cada parte de mi, y doy forma a mi alma de escritora, porque no tengo nada que esconder, no tengo nada de lo que avergonzarme. Mi necesidad de escribir surge cuando mi corazón se queda pequeño para tanto que decir, y aunque nadie te escuche, da igual, porque...mi necesidad no es ser leída, tan solo expresar cada centímetro de mi, a mi manera, no hay rima, no hay verso, tan solo es mi corazón que dicta otro suspiro...La necesidad del escritor es como la de reír, como la de la copa derramarse, como la de el pájaro volar, como la de la niña, luchar...Mi necesidad de escribir surge cuando una nota de música se une en un suspiro a una palabra, cuando juntas en silencio hacen canción, cuando después de unos segundos hay un orgasmo de inspiración...La necesidad de un escritor, es tan real como el error para el hombre.