15 de noviembre de 2012

He ganado una batalla perdida.

Hacía mucho que no me pasaba por aquí.
Podéis creerme cuando os digo que mi vida ha cambiado radicalmente desde los últimos meses.
Y ahora que tengo los sentimientos a flor de piel me he parado a analizar todo lo que me está pasando, todo lo que quiero que pase. Ahora estoy reflexionando sobre mis errores, sobre los aciertos. Y sobre los errores que se convierten en el nuevo eje de tu vida, y te gusta.
¿Hasta que punto el destino nos condiciona la vida? ¿Hasta que letra está escrito aquella que nos pasará? Somos dueños de nuestros sentimientos, y acciones. Pero no podemos negar que hay algo, llámalo fuerza, que nos empuja a actuar de una forma u otra, al igual que a pensar.
No estamos solos en nuestra vida, porque aunque llevemos el timón, nuestro barco es multiplicado, sumado, incluso dividido y restado por otros factores que alternan en nuestra vida, y es así. Nos guste o no, no todo lo que queremos sale bien y no todo lo que dejamos a la mano del viento, sale mal.

Te pasas la vida persiguiendo un sueño, un objetivo, buscando el siguiente escalón. Y cuando de pronto te desvías de ese camino, llegaran corriendo los miedos, inseguridades,y  te conformas con aplazar la victoria más tarde...Pero ¿qué pasa cuando ese supuesto error se convierte en el eje de una nueva fuente de inspiración, de una nueva motivación...Mucho más fuerte que lo que te ha movido durante años, y decides volver a estructurar tu ruta, porque son mares y materiales diferentes.

Desde hace tiempo estoy inversa en algo que nunca imaginé que me iba a gustar tanto. Y estoy dispuesta a sacarlo adelante, con los mejores resultados posibles. Estoy tan segura que mi manera de ver mi vida a cambiado. Por una vez, hablando en términos de trabajo/estudios tengo una razón para levantarme por la mañana, y siento que sirvo para algo... Por que sabéis lo irritable que es estar atrapada en algo que sabes que no vas a conseguir, pero que te empeñas, solo por el hecho de que "es lo correcto" .

Y de esto quiero hablaros, la gente de tu al rededor tiene una costumbre horrorosa de pensar que es lo mejor para ti, marcar hasta dónde puedes llegar o incluso decidir por ti que has de ser en un futuro. Suele marcarte unos objetivos, y cuando te desvías de ese camino parece que hagas lo que hagas no es lo mejor para ti. Pues bien, si tenéis una corazonada, por leve que sea seguirla...Sin miedo a decepcionar a nadie. Porque en cuestiones de este tipo, al único que puedes decepcionar es a ti mismo, y no hay nada más duro que ver pasar el tiempo sin saber que cojones estás haciendo con tu vida. Toma las riendas.

Por que si algo he aprendido durante estos meses, es que si estás feliz con lo que haces en tu vida, el resto de factores se ven mejorados, porque todo lo que te pasa es influenciable...Y aunque es de héroes conseguir el equilibrio perfecto en tu vida, no pierdes nada por intentarlo...

Para mi, mis ejes han cambiado. Siendo prioritario algo que antes era precario y manteniendo el amor más puro en el éxtasis de mi vida. Hay cosas que nunca se pueden cambiar.

Quiero atreverme a daros un consejo, no temáis a los cambios. Aunque sean fruto de un error o de un objetivo fracasado, aunque hayan sido planeados como segundo plato. No tengáis miedo de los cambios importantes en vuestras vidas. Porque a veces lo único que necesitamos para ser felices es un cambio radical en nuestro día a día.
Siempre hay tiempo para enmendar errores, para corregir manías, para aprender de las caídas.
Debemos ver más haya de la batalla pérdida.

Yo perdí una batalla con mis estudios, salí por la trasversal, estudiando algo totalmente diferente a mis ideas, y al final la vida me abofeteo con la felicidad. Me gusta mi nueva vida, me gusta mi nuevo sentido. Me gusta este error, no me arrepiento de haber fallado, porque gracias a ello, estoy dónde quiero estar... Ahora una vez que he calculado la ruta hacía mi éxtasis, voy a por todo. Se ponga el destino, como se ponga.