Reyes Magos (2016)

Queridos Reyes Magos:

Tengo un nudo grande, tengo un nudo en el pecho que se agita violentamente. En los dos últimos años la vida ha cambiado tanto que vértigo parecería un juego de niños. Presa, atada, en una cacería de brujas, tirada en el suelo escupiendo versos de culpabilidad, aferrarse a los que "debes ser, sentir" y sentirte de porcelana. Me he sentido sucia, me he sentido rota, como una jarra de agua cada mañana, sin padecer, sin sentir y que los días pasarán por pasar.

Todo el mundo sabe lo duro que es dejar pasar el amor, pero nadie sabe lo horrible que es dejar de amar, y no saber reaccionar. La sociedad castiga con cien años de habladurías, con mil opiniones, expertos en ti saben hasta lo que pasa por tus piernas, y consejos marchitos se venden baratos, pero nadie absolutamente se fija en las señales que dejan las cadenas, nadie se fija en la soga que prende de tu cuello, nadie se fija cuando te falta el aliento y aún así sigues. Nadie se percata que te faltan las sonrisas, las ganas de ser, de vivir. Y nadie sabe la impotencia, la rabia, como hacer una carrera de caballos dentro de un cuarto de diez metros.

El corazón empieza a desbocarse, empieza la prisa, los contratiempos. ¡Saltas al vacío!, queridos Reyes Magos, después de tantos años describiendo la melena al viento, los pies fríos del mármol, el corazón parado, el vértigo de mirar hacía abajo, describiendo soldados abatidos, suspiros secos. Después de tanto, la que salto al vacío fui yo, ni mis príncipes inventados, ni mis suicidas lágrimas, ni  mis duendes, ni mi alma. Solamente yo.

Salte, salte entre bailes con mi soledad, aprendí amarme, cada poro de mi piel volvía a florecer, cada lágrima sanaba la herida, me perdoné, me quise. No estaba marchita como creía, solo estaba en un largo letargo. El cuerpo es sabio, el cuerpo reacciona. Y si se agota la fuente de energía, la máquina no puede seguir por mucho carbón que acumules en el almacén, Ya no hay culpas, ya no hay remordimientos, ni miedos ni dudas. Ya no voy a sentirme mal, por querer volver a ser feliz. Y las cadenas, y las sogas, y las palabras se esfumaron dejando lavanda, que solo vuelve en las noches más frías, cuando cae agua sobre los huesos, cuando se deja abierta una ventana.

Me perdoné, queridos Reyes Magos, me perdoné. Y volví a ser feliz. No basta con caerte en el fondo, no basta con lapidarse entre piedras... No basta. ¡Saltar al vacío!

La vida, la vida empezó a ser maravillosa, llevando al éxtasis todos por lo que siempre he vivido, he luchado, llevando a su máximo exponente mi lucha, mi corazón, Y pronto, la fuerza y el coraje que os pedí en el 2014 para tomar decisiones, llegó. Decidí rehacerme, decidí cortar con el que dirán, con lo que se supone que es bueno para mi, y empecé a luchar porque lo que quiero en verdad, no conformarme, salir a la calle a pasar hambre, frío y pena, pero salir a la calle, con un hoz, con un martillo. Salir a la calle, patearme el mundo, correr cuando tenga prisa, quemarme la lengua con el café. Pero vivir, vivir eternamente. Dejarme llevar, por fin, en 23 años he comprendido un error. Dejarme llevar, y aún me aferre a mi sentido maniático, obsesivo impulsivo por tenerlo todo bajo control, por fin he aprendido a sentarme en el suelo frío, y llorar. He aprendido a llorar. Y no había llorar hasta ahora, pero emoción, ganas y libertad. Para mi, eso ya es un regalo eterno, comprender que la vida fluye, que todo llega, pero no solo en mi cabeza, también la vida puede girar 800º y ponerte al lado de quien quieres. Todo llega.

Para el 2016, ¿qué puedo pedir? Si durante estos dos años, me habéis dado más que en toda la vida. Me habéis dado coraje, fuerza, me habéis dado el vaso para servirme mis miedos, mis dudas y los cubiertos para comerme el mundo.
Os pido, que quien llegó se quedé, que quien no se fue, no se vaya. Os pido más fuerza, más coraje, más. De lo demás, ya me encargo yo. Yo y mis ganas de caminar, mis ganas de viajar, de perderme en ciudades, mis ganas de envolverme en sábanas de hoteles, mis ganas de revolución, mis ganas de luchar, ya me encargo yo de cambiar el mundo, de crear un mundo, junto con mis soldados.

Sigo creyendo en la magia de esta noche, sigo creyendo en los cuentos de hadas, y sigo creyendo en los dragones, y en los soldados. Pero ya no creo en los héroes, ya no creo en príncipes. Creo en el soldado que camina hacia la gloria a tu lado, y no por encima. Que te acerca el fusil y no te protege. Creo en el soldado que grita a tu lado, creo en un amor revolucionario, en una calada eterna, en un guiño a la felicidad. Creo en la magia de esta noche, de todas las noches.

Queridos Reyes Magos, la niña de 23 años os da las gracias, por seguir ahí, por esa fuerza, ese coraje, por hacerme así. Por sin daros cuenta, hacerme guerrera, por hacer que el despertar del letargo no fuera tan doloroso, por limpiar mis lágrimas, gracias queridos Reyes Magos por empujarme al vacío. Por soplar mi melena, por enfriar mis pies, por ser mi último aliento. GRACIAS.

Y que el 2016, sea como los últimos 4 meses de 2015, que los que han llegado, se queden, y los que siguen, que estén.


Casandra Hdez Polo.









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