31 de octubre de 2010

Ni el envoltorio.

No puede mirarle a la cara, no puede pulsar su alma, ni tranquilizar su corazón. Cuando él está cerca, su sangre quema, y la cabeza le da vueltas, no basta con apartar la mirada, respirar su mismo aire, la enferma. Él no puedo imaginar el dolor cuanto pesa, cuando está cerca; ella no puede deshacerse de los recuerdos, y se siente morir. La ira la siente, el dolor la marca, y se desvanece tras cuatro tequilas, y acaba tirada en el baño, vomitando cada sueño, cada mal te quiero. No quiere volver a olerle, ni sentirle, le quiere lo más lejos posible, pero la encantaría borrarle esa sonrisa de un sólo golpe, de la cara. Porque por más hizo por él, las cosas se hundieron como un palito en el mar más bravo del sur, de cada momento no quedo ni el envoltorio.

26 de octubre de 2010

Cuando alguien llora.

Cuando alguien llora el tiempo se detiene, y la melodía se queda seca, porque la lluvia se resbala; cuando alguien llora, el corazón se ablanda, y el dolor se tiñe, los ojos se inundan, y un pesar te recorre por todo el cuerpo. Cuando alguien llora los ríos se desbordan, y los mares se enfadan, el cielo se apaga, el sol se esfuma.

Cuando un hombre llora, se desgarra todo su poder reduciendo al mínimo su agresividad, dejando olvidado el lado más duro, dejando ver el lado más humano. Cuando una mujer llora se abren cien flores para consolarla, se estrellan las aves del cielo, y se rompen las ilusiones de quienes la quieren. Cuando llora un niño se cae la sonrisa del mundo entero, se para el corazón de su madre, se queda quieto el viento.

Cuando alguien llora no sabemos qué hacer, no sabemos qué decir, ni a dónde mirar. Digas lo que digas siempre queda vacío, al lado de un sollozo, hagas lo que hagas siempre queda ciego al lado de una lágrima, mires donde mires no puedes ahogar ese llanto… Cuando alguien llora, el mundo entero se queja, los problemas se disuelven, y las caricias se vuelven ásperas, cuando alguien llora…

24 de octubre de 2010

Botón a botón, la desnudó.

No entiende, no sabe, porque se pasa las horas muertas frente a la taza de café, sigue igual de frió, que hace cuatro días, sigue igual de amargo que ayer. No entiende, porque dejó caer cien lágrimas en aquel atardecer, si apenas probó el dulce sabor de su mirada, apenas olio su sonrisa, pero le gustó. Ella se enamoró de cada beso, a oscuras, a tientas como le arrancaba la ropa, botón a botón la desnudó...No entiende, porque esta noche se desploma sin sonrisa a dormir, cargada de esperanzas rotas, que se amontonan con la ilusión en el fondo de su corazón. El reloj se ha quedado parada, y los segundos parecen horas, los suspiros marcan cada latido, y el café sigue ahí, esperando ser ver vertido, para calmar ese sueño que amenaza con echar a llorar.

Primero, y segundo.

Se apaga la luz de cada corazón, cuando hace frió se queda dormida en el sofá, hecho la manta a lavar, y sus brazos los tiro de su vida. Se apaga cada lágrima cuando recuerda cada segundo roto en mil pedazos, llora por él, llora por creer en esta historia. Se apaga la luz de su alma, se apaga cada ilusión, se rompe su sonrisa en mil pedazos. Se queda dormida, mecida en un mar de dolor, en mar de recuerdos, de promesas estrelladas contra una herida, que cada día es más fuerte, es más grande. Llora por cada te quiero que pensó, llora por cada caricia que sintió, por pensar que cambiaría…Se apaga cada mirada, tras una vela, mal encendida, no hay más camino para seguir, las huellas se borran justo aquí, y esta historia no tiene final feliz. Se ha quedado tirada en el suelo, ahogando las penas en el licor, tirando cada lágrima al vacío, y rompiendo cada momento, quemando cada fotografía. Se apaga cada sentimiento, dejando paso a la ira, que se crece más la rabia, el dolor se torna a odio, y el amor desaparece con el último te quiero. Tan pronto llora, rompe cada café que suene a perdón. Llora por el tiempo perdido, por la paciencia rota, por el amor que ella demostró, y él ignoro con esa absurda facilidad…Se apaga cada segundo, y la tristeza echa a correr tras la felicidad, y las alas vuelven a agitarse inquietas, y el corazón vuelve a latir. Se apaga la vela, mal encendida, y un frió congela el dolor, dejando paso a la libertad. Ella se siente mejor, aquí juega su vida, y este tiroteo de sentimientos ha acabado, trae cinco muertos, y un corazón nuevo. Llora para limpiar cada beso que la hizo daño, para olvidar cada caricia a la que se aferró, llora para consolar su nuevo corazón…Se apago la vela, de esta historia, mal contada, mal cuidada, se apaga cada segundo de dolor, cada minuto de ira, dejando paso a la soledad, que toma café con la libertad, y lleva de la mano, la felicidad…Se juega su vida, se acabó este tiroteo de sentimientos.

20 de octubre de 2010

Ya no sabe a tí.

No esperes nada inocente de esta loca con el pelo alborotado, no esperes que me quede de brazos cruzados, y no esperes que voy a volver a dejarme pisar. No esperes que el reloj marque tus momentos, ni que el calendario pase sin hacer ruido. No cierres las puertas, nunca, deja las ventanas abiertas, duré una noche, dos días, o ocho años, vive el primer momento como el último, y el último como un recuerdo. No dejes que nadie ate tu libertad, ni que pongan frenos a tu locura, porque no volveré a dejar que alguien me corte las alas. Porque no volveré a ser la puta de nadie, habiendo amor de por medio. no esperes que vaya a buscar mi corazón, lo deje secar al sol. No esperes que me refugie en una ventana sucia, tras la lluvia, ni que no te olvide, no esperes que guarde los momentos juntos, ni que te eche de menos...Porque olvidé el significado de amor, por tí, porque eché de menos la felicidad, y porque cada día llovía sobre mí... No esperes que piense en tí, porque mi corazón vuelve a latir, y mi cama ya no sabe a ti...

6 de octubre de 2010

Era un viernes por la noche...

Se ha quedado sentada en el sillón marrón de la esquina, aquel que no le gustaba, pero que recoge cada pedacito de su corazón...Se ahoga en el cuero que huele a viejo, se ahoga con el tequila que sobro de aquel último fiestón. Se ha quedado sin palabras, ni las lágrimas quieren bailar esta noche con ella, se ha quedado sola con su tristeza. Las horas pasan de golpe tan lentas que parece que el reloj va a morir, las horas tocan cada herida, haciendo insoportable el respirar rítmico y silencioso de su alma...Era un viernes por la noche cuando caía la última gota de abril, destrozando cada ilusión, cada sueño. Hacía frío, y los cristales amenazan con huir...Se ha quedado sola sentada en aquel sillón marón, del fondo de la habitación...No siente ni frío ni tristeza, no escucha el latir de su corazón, y se olvido de poner atención a las hormigas que comen de su dolor...Era un viernes por la noche, no había nada en la televisión, nada en la nevera...nada en su corazón.

Algún día echarás de menos.

Algún día echarás de menos, sus estúpidos mensajes, que no tenían sentido, pero que te hacían reír, echarás de menos sus abrazos, sus rabietas, también sus fallos, sus inseguridades. Algún día echarás de menos cazar duendes con ella, que salieran hadas cuando estabais juntos, echarás de menos las escapadas al pantano, y las noches tan largas, los bailes que te dedicaba... Algún día echarás de menos su risa, su locura, su torpeza, echarás de menos poder llamarla nariz pocha, poder vacilarla, poder darla besos en la frente y abrazarla...Y entonces echarás de menos cada borrachera, y su sonrisa pícara, sus gemidos tan suaves, echarás de menos hasta su olor, hasta el olor más íntimo...Algún día echarás de menos sus miradas, hasta la sonrisa más boba. Entonces echarás de menos despertar a su lado, dormir con ella sobre tu pecho, buscar entre las sábanas y solo encontrar su piel desnuda, echarás de menos cada movimiento. Algún día echarás de menos la libertad que ella te dio, echarás de menos el lazo tan fino que os unía, hasta la confianza que deposito en ti....Algún día echarás de menos cada segundo que ella rompía con una risa.

5 de octubre de 2010

También se llorar.

Lloro cuando suena el despertador y las sábanas pesan quilos, y quilos de recuerdos,
cuando abro la ventana y ya no soy capaz de oler tu voz.
Lloro cuando se acaba el humo de mi chocolate,
cuando cae la última gota de mi felicidad.
Lloro cuando el viento me pone cuernos, y la lluvia borra mi sonrisa,
lloro hasta cuando el sol de verano quema mis ilusiones.
Lloro cuando los recuerdos se agolpan en esa esquina de mi corazón,
cuando las promesas caen peso plomo sobre las ilusiones,
haciendo pedazos cada sonrisa de mi interior.
Por llorar, lloro hasta cuando no me miran sus labios,
cuando no me abrigan sus brazos, hasta cuando no me envuelven sus suspiros,
por llorar, lloro hasta cuando no me baña su cansado sudor...
Lloro hasta cuando suena el despertador y no hoy no le voy comer.

4 de octubre de 2010

Necesidad.

La necesidad del escritor surge cuando quiere que cada centímetro de la felicidad o del dolor, pase página, cuando el alma del escritor quiere dejarse ver. La necesidad de ahogarse entre versos, y alcohol, es como la de respirar, como el agua a la sirena, o el aire a un hada; para un escritor, la necesidad de escribir, es tan vital como el comer, el beber, o el sexo...Ya no tengo miedo a escribir, las palabras salen solas, y las lágrimas no me asustan, no tengo miedo al que dirán, tan solo dejo fluir cada parte de mi, y doy forma a mi alma de escritora, porque no tengo nada que esconder, no tengo nada de lo que avergonzarme. Mi necesidad de escribir surge cuando mi corazón se queda pequeño para tanto que decir, y aunque nadie te escuche, da igual, porque...mi necesidad no es ser leída, tan solo expresar cada centímetro de mi, a mi manera, no hay rima, no hay verso, tan solo es mi corazón que dicta otro suspiro...La necesidad del escritor es como la de reír, como la de la copa derramarse, como la de el pájaro volar, como la de la niña, luchar...Mi necesidad de escribir surge cuando una nota de música se une en un suspiro a una palabra, cuando juntas en silencio hacen canción, cuando después de unos segundos hay un orgasmo de inspiración...La necesidad de un escritor, es tan real como el error para el hombre.