30 de julio de 2011

Revolucionario.


Si ser un revolucionario, un indignado, anónimo héroe de la libertad...
es ir en contra de la Ley, del Estado, de la Justicia. Si serlo significa abrazar la
violencia en las palabras, atentar contra la represión del opresor, y alzar el puño
en un sin fín de emblemas de revolución. Si serlo significa correr calle arriba,
cubrir el rostro con sonrisas y los puños con flores de porcelana.
Entonces yo, seré revolucionaria por siempre, porque tengo sueños, tengo ideales.
Y las ideologías están echas a pruebas de fuego, porque la esperanza y la libertad
no tiene dueño ni cadena que la corrompa, porque el alma de un revolucionario es
tan libre como el canto de un amanecer.
Podrás matarme, podrás callarme, podrás silenciar mi corazón, podrás encarcelar mis
puños y mis versos, podréis acabar con nuestra reputación y el verdadero motivo
de nuestra lucha...Pero alguien me dijo que los ideales son a prueba de balas,
y que la fuerza y la ilusión, los sueños son los que a pesar de los golpes, mantienen
viva la llama, la sangre guerrera de un revolucionario.
Y si serlo, significa ir en contra de la Ley, del Estado, de la Justicia, entonces seré
rebelde hasta en la manera de respirar y caminar.

13 de julio de 2011

Ahora lo entiendo.

Ahora entiendo los locos enamorados del Romanticismo
que tiraban sus vidas por la borda, sin mirar atrás
si su amor no era correspondido. Ahora entiendo cada nota
de dolor en las canciones de amor, cada nota de tristeza de la nevera.
Ahora entiendo, padezco y siento cada Kilómetro que me separa de él.

Ahora entiendo que es morir de celos, y verse el alma desvanecerse.
Sentirse vacío cuando el no está,
ahora se que es echar de menos y que todo te haga recordar.
Entiendo lo que es el amor, lo que alimenta un beso de verdad.
Ahora entiendo lo que es la espera, la luna cayendo y la eternidad de un segundo.

Se lo que es temblar de felicidad cuando un dedo me recorre,
cuando boca se acerca y me besa, se lo que es volar.
Ahora entiendo los poemas de Bécquer, de Rosalía de Castro
y las novelas de amor, que venden en el Carrofour.

Comprendo a Alex Ubago y bailo vals de enamorados.
Ahora entiendo lo que es necesitar a una sola persona en tu vida,
lo que depende de él, mi felicidad.
Ahora creo en la magia, en el amor, en lo inmortal.

Ahora entiendo lo que es querer sin miedo,
lo que implicar amar sin condición.
La sensación de ser correspondido y sentirte amado.
Ahora conozco el gozo de besar a quien quieras.
La desesperación de la distancia y el tiempo.
Ahora entiendo lo que es querer, sin explicación pero
querer de verdad, sin medida ni protección,
querer, amar con todo el corazón.


Nunca antes.

Nunca antes me había sentido así,
nunca antes había echo temblar mi alma sin dolor.
Nunca antes había llorado de felicidad.
Y mi corazón gime cuando estás cerca,
y se para el tiempo de mi vida.
Y se seca mi boca si te vas.
La cordura se vuelve loca cuando vienes.
Y nunca olvides de seguir amándola.
A mi vida, a mi risa, a mi.
Nunca antes había bailado gaitas en el cielo,
ni recorrido el mundo entero con solo cerrar ojos y
abrir manos, píes, descalzos, por la playa
con solo abrazar tu pecho y dormir.
Nunca antes había despertado y
que el sueño no se hubiese esfumado.
Nunca antes había respirado tan feliz
que el pecho se hace engordar.
Nunca antes había encontrado un amor
tan de verdad, tan real, que dan ganas de gritar.
Nunca antes había amado con la misma intensidad.


11 de julio de 2011

Guitarra con notas de dolor.


Hace tiempo se escucha el leve despertar de las cuerdas de una dulce guitarra, se escucha llorar su caja, su cuerpo. Las caricias del alma en pena que la acaricia se deshacen en lamentos.
Hace tiempo cada nota es una lágrima, es un verso de socorro. Y el viento se ahoga entre tanta melancolía. Los pajarillos ya no quieren volar por aquel cielo, porque la pena y la tristeza invaden cada suspiro de las nubes.
¿Qué pasa dulce niña? Qué amargas la vida con tus cuerdas afinadas, dulces. Y agonizantes lágrimas de tu guitarra. ¿Por qué toca esta débil melodía?
Qué las flores lloran y secan su alma, que los demonios bailan un vals cuando bajo las estrellas haces llorar lágrimas a tu linda guitarra. No llores al alba, y descansa en la noche, que tu alma se deshace en trozos de cristal. No mires hacía el infinito con esos ojos negros, que el amor ya volverá si es de verdad.
No envidies al agua del arroyo porque huye y muere en un lago de agua dulce. No odies la brisa del aleteo de una mariposa. ¿Por qué huyes del sol, de la risa, y de la compañía? Qué tu corazón puedo ver como muere de pena, que la soledad te abraza, matando hasta el último suspiro de felicidad.

Me da igual que los pajarillos no vuelen mi cielo que el aire muera con mis lágrimas. Porque lo único que se tocar son notas que viajan desde mi podrido corazón hasta el infierno, para que los demonios disfruten con mi pena.
Nada de lo que he sufrido es comparable al vacío que siento desde que él se alejo de mi vida. Nada es comparable al dolor que dejo su último adiós, porque me da igual que mi guitarra suena agónica y desesperante, porque mi alma es un lamento que desde que él no está, se aferra dulce a la soledad. No quiero más que ser el agua de mis lágrimas, no quiero más que ser lamento de las notas de mi guitarra. Me da igual que el frío congele mi cuerpo, que el calor derrita mi fuerza, porque muero de dolor, de miedo. Me muero si él no regresa.

Dulce niña de mis ojos, calma ese fuego que te consume, porque tanta pena te hunde que ni a los ojos me has mirado...Levanta esa carita y deja de tocar tu guitarra rota en tristeza. Échale ritmo porque he vuelto, y es a por ti. Nada volverá a dañar tu corazón, deja porque yo te protegeré. Dulce princesa de mis sueños deja de respirar el dolor de tu alma, porque he vuelto y es, solo por ti. Ya no hay canciones que describan mis ganas de besarte, deja de ser música de los demonios, levanta la vista y ven a mi, solo a mí.
Y con abrazos calmaré tu alma, que se deshace en lágrimas de cristal. Pequeña yo besaré tus heridas y con amor, me sentaré a tu lado para tocar la guitarra, y que bailen los ángeles de nuestro cielo. Y que el arroyo siga su camino, que yo estoy aquí contigo.

El corazón dejo de hablar cuando dijiste adiós, pinto las primeras notas de la melodía de tristeza, el alma se desplomo dejando un hueco insustituible y ni el dolor de los golpes más fuertes era comparable con tu ausencia.
Y solo quería ser agua de mis lágrimas, que hasta el canto de las aves me recordaba a ti, y quería irme lejos, con el agua del arroyo.
Los demonios estarán sin bailar, porque si tu estás aquí, mi alma renace de los infiernos, y mi corazón ya no sabe tocar la melodía de la soledad. Porque si tu estás aquí, no hay miedo, no hay cielo sin estrellas, ni mariposas sin vuelo. Aparto el dolor de un soplo para quedarme a tu lado hasta que las cuerdas de mi guitarra se apaguen para siempre.

Dulce niña de mis ojos, no llores más porque he vuelto, he venido a por ti. Aferrate a mi pecho, yo estaré aquí siempre, y te protegeré.

5 de julio de 2011

Eres mi mundo.

Me apetece salir corriendo hasta Finisterra y volver pasando por el Polo Sur, descansar contigo en el Caribe y tomar el sol en lo alto de las pirámides de Egipto. Mi vida, quiero surcar los siete mares de tu mano, y atravesar África entera.