29 de diciembre de 2010

Abuso de la envidia en Navidad.

Voy a ponerme ñoña por una vez en mi vida, y vor a ser sincera, completamente sincera.
En Navidad, cuando voy por la calle, abuso de la envidia y de los suspiros, al ver pasar a una pareja feliz, no es envidia mala, todo hay que decirlo, pero si se me encoje un poquito más el corazón.
Porque pasear de la mano, bajo las luces, con la nariz roja, me gusta. Porque cubrirnos a besos bajo cero, y sentarnos frente a una fuente helada, me gusta.
Abuso de la envidia al ver como se detienen frente las tiendas, y parece que nada, ni el viento de una fuerte tempestad les puede separar. Y es que parece que en Navidad, las parejas son para siempre, y los te quieros suenan más a verdad, y los besos parecen regalos envueltos en miradas de complicidad. Y parece que durante cuatro días no haces más que pensar el regalo perfecto, o imaginar su cara cuando vea el detalle, porque pones todo tu empeño en que el otro sea un poquito más feliz...
En Navidad, abuso de la envidia, cuando paseo por la calle, cuando bebo champán, quisiera brindar mirando a los ojos de quien amo, quisiera poder abrazarle en fin de año, o poder pisarle mientras bailamos el primer vals a oscuras del año...

No quieras ser un super Héroe.

No pises la tierra cuando las piernas te flaquean, cuando tus rodillas sean dos cometas al viento, a mecer de la marea. Estate quieta en algún peñón lejos del mundo, párate a pensar que te pone los nervioso a flor de piel.
Quitale el peso justo a las horas, y los puntos a los días, y así podrás ser más feliz. No intentes fingir cuando solo quieres derrumbarte en el lecho del amor, no quieras seguir adelante cuando las paredes se te hacen pequeñas, no quieras tocar el cielo, cuando te hayas perdida en un pozo, y todo resbala, resbala, y hace frío, mucho frío.
No quieras llevar la capa de super héroe, porque todos en algún momento de nuestra vida, somos débiles, todos tenemos derecho de ahogarnos en nuestros problemas, todos debemos llorar, patalear, y resquebrajar nuestros recuerdos. No quieras ser invencible, y levantar las pesas de los demás, porque todos tenemos que pasar por el dolor, y cuando más intenso sea, más aprenderás, porque la vida nadie dijo que fuera del color de las rosas, porque alguien dijo alguna vez que hay que sufrir para sanar las heridas del corazón, y desde el pozo, la mierda se ve de igual, a igual, y quizás sólo así comprenderás que luchar tiene su sentido, sólo cuando has tocado fondo, sabrás alzar el vuelo, un vuelo alto y sincero.
No quieras arrancarte las lágrimas de un bofetada, porque algún día, echarás de menos llorar como un niño de cinco años, porque algún día echarás de menos la inocencia de una sonrisa mocosa, y la ternura de una mirada de cristal, porque algún día echarás de menos, que te tiemblen las rodillas, que enmudezcas de miedo, que tartamudees de amor.

Reflexiones

A veces me da miedo pensar, porque cuando pienso, me desespero, y si me desespero me eternizo, rondando versos de miel entre mis manos. No puedo evitar ser así, no puedo con esta trampa que me deja noches en vela, que me deja sin fuego para seguir, no puedo abrir los ojos bajo el mar, sin fin de recuerdos. Era un hada que cantada, que le llamaba cabrón, mientras vestía de oro su corazón. Maldito que el que dijo que cuando duele, todo irá bien, porque quieres. Maldito el que dijo que del amor al odio hay un solo paso, y maldita yo que escribí que el amor es el sentimiento más bonito que alguien puede sentir, porque cuando lo sientes de verdad, se te olvida el dolor, las punzadas en el pecho y las lágrimas dulces, el amor es contradictorio y caprichoso, es egoísta y vanidoso, es humilde y generoso...El amor es un viajero que lleva sombrero de copa para que la lluvia no empape sus ideas, porque a veces me da miedo pensar, me desespero y me eternizo en gotas de felicidad, me inundo en cristal, y deslizo mi alma hasta lo más hondo de este infierno, maldigo el día en que deje mi corazón olvidado en una caja de cristal, frente a tu puerta, el día en el que decidí esperar, el día en que me detuve frente al mar, en el acantilado y decidí no tirar mi vida al mar, maldigo cada segundo de pesadumbre, de dolor inmenso, de dudas desgarradoras, de paranoia pura y dura...Eran duendes los que cubrían mis sueños de algodón, y me decían que yo soy especial, que me queda mucha vida por recorrer, que tengo que escribir mucho dolor aún, y me cubrían a besos de miel, y me contaban que no puedo ser feliz, porque aún me queda mucho que escribir, y me repetían, que soy especial.
Y en mis sueños más tristes, aparecía él, como una luz en mayo, en apenas un mes, había conseguido sanar heridas de medio año, y en a penas un segundo le quise, le quise para mí, pero ahora la sombra me traga en pedacitos de anís, y mi arte me devuelve en versos de ayer.
El amor es dulce, es caótico, es bonito, cuando caminas de la mano, del hombre que te ama, y te sientes así, así de amada, pero cuando estás tirada en una esquina, el amor, es como un dardo que se cuela en tu corazón, haciendo trillas tus recuerdos, rompiendo esquemas, y hace qué, eches a llorar, en tres nubes de algodón...

28 de diciembre de 2010

Amor.

Me encantaría poder despejar mi mente de las mil y una paranoias que me arrancan las ganas de vivir, me encantaría pedir un deseo, y que por una vez en la vida se cumpliese, me encantaría que las cosas siempre fuese como al principio, que todo parece del color rosa, y por muy cursi que os parezca, es cuando más feliz eres.

La vida me ha dado mucho palos, cada día, a todas horas y siempre he sabido levantarme.
Algunas personas a base de errores, aprenden, a base de golpes los corazones se enfrían y se vuelven de cemento. Y qué, a veces pienso que quizás sea lo mejor...
Llega un punto de tú vida en el que no quieres seguir luchando, en el que pierdes la esperanza de toda ilusión azul, de todo cuento de hadas acaba por parecerte absurdo, y quieres tirar la toalla.

Sin embargo, para mí eso, llega a ser imposible. Sí, soy de las personas que aún creen en el amor.
Sé que, por mucho que se esconda, ha de salir, tarde o temprano.

Me encantaría vivir la vida a fuego lento, y disfrutar de cada momento, que las caricias y los te quieros fueran constantes y que no se olvidasen las promesas por un par de días de viaje.
Me encantaría soñar despierta, en el fondo de un deseo, soplar una llama, y pedir, pedir Amor.

Aplaudo.

¿Alguna vez te has sentido tan impotente que ni rompiendo todas las cosas que te rodean, baja esa rabia que te está mordiendo hasta el último soplo de ilusión.?
Qué pongan la mano arriba todas las mujeres que se han sentido desvanecer, qué se han sentido desaparecer, y tres segundos pasados, han querido retroceder, arrancarse el corazón y olvidar, cerrar los ojos, para contar hasta cien, con la única esperanza de que cuando los abriese, él ya no estuviera ahí.
Aplaudo la facilidad que tienen de ponernos los nervios en el centro del estómago, de hacer que tiemble nuestro labios inferior, y que las rodillas sean un par de cometas al viento.
Saben, sin darse cuenta, como hacer para que nuestra cabeza gire a 300km/h para luego, decir, ¡joder qué boba soy! Y es que hay algo que se nos olvida, con demasiado facilidad, cuando estamos enamoradas...Hay algo que solemos olvidar, con mucha frecuencia...



Aquella Estación.

Rota en silencio, y en el hueco de una despedida, se llena de alegrías, de regresos.
Es paso de silencio, de espera, de lágrimas, abrazos, idas y vueltas.
Aquella estación, se resquebraja, tantas parejas que se encuentran,
y los amigos que se prometen un "hasta pronto".
Se puede respirar su distancia, y sentir el dolor, o felicidad.
A tu lado, hay hombres con gafas que miran impaciente el enorme reloj,
hay jóvenes que lloran leyendo la última carta, hay mujeres que besan a su marido,
hay abuelos que esperan detrás de la puerta, hay corazones en puños,
y almas que caminan más despacio atrasando el momento de ida,
sin embargo otras corren porque se les va la vida en ese tren, autobús...

Porque todos sabemos, que la distancia, por corta o largo, que sea siempre nos duele
y vivimos por un segundo más con esa persona.
Porque la distancia y el tiempo
son jugadores caprichosos de esta partida.


Gold.

Todo parece en calma, el viento no sopla con fuerza, y la torre no parece temblar.
Es una torre de errores, escondidos bajo mentiras, es una verdad que se pudre.
Quién sabe, cuanto podrá durar, quién sabe hasta cuando la torre será alta y hermosa.
Mientras tanto, disfrutaremos de este tiempo, alto y hermoso, por si cuando la torre
se caiga, no haya vuelta atrás, y la mierda que se cubría sea mayor que una cueva del olvido.

Qué el amor se está muriendo.

Cinco, seis, versos cuentan de cristal, cinco, seis, sonrisas, horas y días.
Qué ha pasado con las palomitas del cine, y con los abrazos de reconciliación.
¿Dónde están los algodones de las ferias, y los besos furtivos?
Atrás quedaron las miradas de complicidad, los juegos tabús,
las caricias por debajo de la mesa, o los mensajes sin sentido.

Cuatro, cinco años para pensar, para gritar, cuatro, cinco segundos y minutos.
Qué pasó con las flores, y los bombones de chocolate...
¿Dónde se esconde el suspiro de enamorado, y la sonrisa de la luna?
Atrás dejamos los largos vestidos que insinuaban, y las ligas que provocaban.

Tres, cuatro, soles y décadas para poner el mundo del revés,
y sin a penas darnos cuenta, de que la vida, los pequños detalles se pierden
en el sucio bosque de lo pasado. Tres, cuatro notas de aquella canción,
que te susurren al oído, que te hablen de la sonrisa de la luna
que te abrecen mientras miman tu cuello, son tres segundos que
los pájaros detienen el tiempo, que el viento deja de soplar...

Dos, tres minutos para caer en la cuenta de que alguien te aprecia,
alguien te quiere de verdad,
que alguien no sólo desea verte desnuda bajo la luna,
que no todo se reduce a un seco y vacío te quiero, que el mundo no está tan loco.
Dos, tres caricias para entender que todo no está perdido.
Qué los duendes existen, y que los deseos se cumplen.

Uno, dos versos, canciones, para soñar, uno, dos días y noches.
Qué ha pasado con los amaneceres de la mano,
con los paseos en silencio, con las conversaciones mudas.
¿Dónde están los abrazos eternos, dónde quedan las caricias que hablan?
Atrás quedaron la sensualidad, la noche envuelta en rocío.

Cero, uno soles para recordar los pequeños detalles, que eran de verdad.
Cero, uno segundo para envolverte en alguien de verdad,
para entender, distinguir, aprender, que el amor se está muriendo.
Cero, uno minutos para querernos con el corazón, y con el sexo.

22 de diciembre de 2010

Sí, me gustas.

Sí, me gusta cuando me abrazas, y me haces sentirme pequeña, cuando me agarras el pelo al besarme. Sí, me haces sonreír cuando me miras como si fuese la última vez que pudieras estar conmigo, y es que parece que intentas aprenderte cada detalles de mí. Sí, me gusta cuando nos enredamos y luchamos con la nariz, me encanta que no seamos nada, y que todo sea tan especial, y que vayamos tan despacio. Sí, creo que esperarte a sido la mejor decisión que he tomado, en mucho tiempo...Porque hacía mucho tiempo, que no me sentía tan feliz, con alguien a mi lado.. Porque eres algo más que especial..porque eres algo más que un cielo.. Sí, me gusta como se está pintando esta historia...

19 de diciembre de 2010

Y me abandonó para siempre.

Hoy he soñado con ella. Vestía de blanco, y se columpiaba tan alto que parecía tocar el mismo sol. Tenía una amplía sonrisa y los labios pintados de carmín. El pelo recogido en un inseguro moño que dejaba escapar ciertos mechones de pelo...Caían sobre su esbelto cuello... Sus ojos se mostraban inquietos. Se acercó a mi, y en un abrir y cerrar de ojos me estrecho entre sus brazos, cubriéndome con su aliento. Entonces se alejó poco a poco, y como levantando el vuelvo, desapareció en un terrible dolor, inundando mi alma de un terrible sentimiento de madurez. Y entre lágrimas juró que no volvería, bien sabía que un día se tendría que ir, pero sabía que no era ni el momento ni el lugar, pero así lo quiso, mi suicida decisión. Desapareció dejando tras de si, un charco de sangre y una botella descorchada. Hoy he soñado con esa noche, en que dejándome beso en la mejilla, ella me abandonó para siempre. Y entre lágrimas, me dejó aquel terrible primer dolor, pero que no tan tarde se convirtió en otro vicio más, en otra sensación. Vestía de blanco, y se alejó poco a poco, en silencio, descorchando una botella.

15 de diciembre de 2010

Las prisas no son buenas..

He corrido toda mi vida, he tenido prisa casi siempre,
me he desesperado con facilidad, me he ilusionado en segundo.
He tenido el corazón abierto a extraños, y he dado la mano a enemigos.
Toda mi vida, he cometido el error de tener prisa,
del querer bien inmediato, y de perder segundos, por seguir la carrera.

Por una vez, en 18 años, voy a detenerme, voy a perder el tiempo.
Voy a esperar, voy a bajarme del tren y vivir una historia que no
tiene ni principio ni fin, porque por una vez no voy a desesperarme
por ponerle etiquetas a lo que siento.

Y es que si algo he aprendido con los años, es que las prisas no son buenas,
y que hay que saborear cada detalle, y palmar cada segundo.
Primero quiero conocer cada pliegue de la persona que quieres,
primero quiero perder todos los minutos a su lado, conocer.

Porque alguien me dijo una vez, que las mejores historias
se escriben despacito y con buena letras. Porque es mejor
no poner nombre a cada cosa que haces, o sientes,
simplemente se trata de saborear cada instante de felicidad...

Dormida.

Probablemente este dormida, cuando vayas a pintarle sueños bonitos, cuando vayas a decirle "te quiero" entre suspiros entre cortados, y sinceros. Y dejarás una rosa en su ventana, arropando sus ilusiones, y abrazándola fuerte, para protegerla de sus miedos.
Probablemente ella sepa, que estás allí, pero cierra los ojos bien fuerte, porque piensa que eres un bonito sueño, y durante esa noche, no quiere despertar. Puedes darle un beso, y desearle buenas noches, acurrucarte a su lado, y dormirte con el latido de su corazón, puedes besarle la nariz, porque se hace la dormida y no va a protestar, puedes acariciarla el pelo, porque ella se concentra en no despertar...Probablemente este dormida cuando vayas cada noche, y escales por su ventana, para arroparla de sus miedos.

Más bonita.

Y me gustaría ser más bonita para confiar más en mi sonrisa, y sacarle los dientes y arañar más fuerte esta vida. Y me gustaría contar las batallas ganadas, con los dedos de mis dos manos, y me gustaría tener seguridad, y ser de esas chicas que caminan tan deprisa sin mirar atrás. Y tener el corazón de hielo, y las caricias de porcelana, me gustaría ser brillante y deslumbrarte. Ser más bonita para poder gritar que te merezco, y los ojos más grandes, y el corazón más fuerte. Ser de esas chicas, que rompen miradas de jazmín, allá por donde pisan. Ellas parecen no tener miedo, parecen tan bonitas cuando levantan la mirada, parecen tan seguras cuando hablan...

Y me gustaría ser más bonita, para confiar más en mi misma.

13 de diciembre de 2010

Lo que más me gusta.

Llámame infantil, loca e inmadura si así lo prefieres.

Pero lo que más me gusta de este mundo es perderme en los bosques,
nadar desnuda en algún río, y mojarme los pies en la playa.
Yo le pido deseos a las estrellas, y al soplar las velas, siempre pienso en alguien.

Las peleas de almohadas, y las cartas de la distancia,
las llamadas cuando estas inundada en alcohol,
el regreso a casa sin zapatos, y con el pelo alborotado.

Pintar por las paredes el nombre de quien me roba el sueño,
meter la cabeza debajo del agua y jugar a ser pez.
Saltar de dos en dos las escaleras, imaginado que estoy volando.

Tumbarme en el suelo.
Los viajes sin maleta ni destino.
La conversaciones de las hadas y duendes.
Los latidos de un corazón enamorado.
Los ojos brillantes de un amante.
La voz cansada de un viejo ejercito de mariposas.
El sudor de un hombre.
El abrazo de alguien que quieres.
Bucear en tierra, mar y aire.
Las miradas con palabras entre amigas.
Las manchas de helado.
Los sueños.

Llámame infantil, loca e inmadura pero lo que más
me gusta en el mundo, es andar descalza por la hierba.


9 de diciembre de 2010

Una morena se desespera.

Se sienta, espera, desespera, los horas parecen muertas, y quiere respuesta, o su corazón parara. Una morena se sienta en la ventana, fuma su cigarro, tose sólo un par de minutos más impaciente. Es tan perfecta que no mueve ni un centímetro de su piel, ni un gesto, porque la cuenta de los segundos la lleva en el alma. Cada instante que pasa, el miedo se hace aún mayor...
Algo recorre sus venas, la envenena la cabeza con recuerdos, y se llama impaciencia.
Gira la cucharilla de su café una y otra vez, empieza a sentirse incómoda con tanta espera.
Y al final se levanta, mira las pilas del reloj, parece estar muerto, y los segundos pesados como una roca en el mar, y las palabras lentas como una paloma de guerra. Una morena espera, sentada en el sillón gris del fondo. Ni un milímetro de su cuerpo, porque el dolor le tiene sedado el corazón.

Cállate.

Por una vez en mi vida, voy a decirte más alto y no más claro.
Voy a darte voces delante en tu cara, y en silencio.
Cállate! No necesito de tus estúpidos consejos, no necesito que me recuerdes
lo madura que eres, y que a mi edad, ya estabas en la carrera y tenías
novio, no me importa a cuantos tíos te has tirado a lo largo de tu adolescencia
o lo perfecta que eras. He callado, y he tragado, toda tu mierda, y muy
equivocada he querido ser como tú, sucia rata de cloaca.
Pero ahora me arrepiento de cada segundo que quise tocar el cielo contigo.
Sólo te lo voy a recordar una sola vez más, cállate, déjame respirar.
No intentes cambiarme, deja de tocar los hilos de mi alma, deja de querer
modificar mi felicidad, no necesito ni tus abrazos, ni tu veneno.
Aléjate de mí, porque puede ser que por primera vez, levante la mano,
y no será para pedirte consejo, permiso. Por una vez en tu perfecta vida: Cállate.

Lo siento.

Pero mis miedos, y mis inseguridades forman parte de mí,
como la torpeza o los sueños, como las ilusiones y un sinfín de errores.
También las locuras, y los viajes sin maleta ni destino.
Lo siento pero si no te gusta, puedes volver por donde has venido.
Acostarme con frío, dormir con peluche y levantarme cansada.
Ducharme con agua fría, y secarme al sol, contar mariposas...
Obsesionada con las nubes, daría dos años de mi vida, por volar.
Lo siento pero mis manías y mis defectos, forman parte de mí,
como mis ganas de luchar, de aprender, y de vivir...Y así sentir.
Cada recuerdo, cada instante, hasta cada segundo.
Cada dulce o amarga lágrima, cada pícara sonrisa, o mirada de complicidad.
Lo siento pero mis días y mis noches, forman parte de mí,
como cada caída, o bobería, estupidez o herida del corazón..
Y si no te gusta, puedes darte media vuelta, y volver.
Por el contrario si prefieres quedarte, cierra los ojos, y déjate llevar.
Cada persona, cada viajero que me acompaña,
sea por uno o dos segundos, forma parte de mí...
Lo siento, pero si no te gusta, puedes dejarme dónde me encontraste.






7 de diciembre de 2010

Era martes a media noche.

Era martes media noche, las velas se fueron apagando con el sopló del último recuerdo, y allí se quedo dormida, pensativa, envuelta en los recuerdos de aquella tarde.
Y una pequeña pero amarga lágrima resbalaba por aquella rosada mejilla, y es que recordó que una noche, no hace mucho, prometió no volver a vender su corazón...
Pero ahora, se palma su pecho y no hay calma.
Era martes a media noche, cuando poniendo patas arriba cada segundo de su alma, se dio cuenta de que le quería, y que no quería perderle, y entre lágrimas dulces entendió que le necesitaba...
Era martes media noche, y las estrellas dormían, y los suspiros la vencían.
Él la hacía sentir bonita y especial, y cuando estaba a su lado, se sentía menos vulnerable.
Se acercó a ella, la besó y le robó un pedazo de aquel cansado corazón, devolviéndola la sonrisa, esperanza de crecer, un amanecer abrazados...
Era martes a media noche, cuando arropada en aquella canción, quiso protegerle, quiso quererle, tocarle y entregarse.
Tendría cien días para demostrarle, para abrazarle, y más de cien para quererle.
Era martes a media noche, cuando poniendo patas arriba cada segundo de su alma, se olvidó del dolor que supuraba aún su corazón, y entendió que quizás el tiempo había curado cada herida, que parecía abierta...
Era martes a media noche, cuando cedió quererle, y por el tiempo que fuese, no quería perderle, porque aquella noche, de martes...le necesitaba.
Y limpió las telarañas, saco brillo a los te quieros, y pasase el tiempo que pasase, quiso esperarle, porque aquel martes a media noche...él la hacía sentir bonita.
Era martes a media noche, y le quería, no quería perderle, esperarle, necesitarle...
Era martes a media noche, y quería protegerle, arroparle, tocarle, sentirle, besarle...
Era martes a media noche y las velas se fueron apagando con el último soplo del último recuerdo.

5 de diciembre de 2010

Contraposiciones.

No quiero vestir zapatos altos de tacón, ni minifaldas de Dior, no quiero pintalabios rojo puta, ni sacarme fotos con el pelo caído, no quiero ser rubia ni delgada, no quiero escuchar el Top 10, ni pop Inglés, no quiero tener un novio con moto, y pendiente...No quiero tener un lazo en la cabeza, ni intentar ser perfecta, tampoco voy a intentar estar a la altura de las estrellas, ni usar Chanel.

Quiero vestir de ilusiones de caramelo, y tacones de cristal, pintarme con licor los labios, sacarme fotos bien fea, y siendo feliz. Quiero ser morena y con el pelo alborotado, porque escondo un lado malo, quiero escuchar el latido de un corazón, y saber que estoy viva porque me río, porque sufro y disfruto...Quiero un novio que me recuerde que soy su cielo, y que me rompa las medias cada noche, y por las mañanas me bañe en besos y abrazos...Que sepa cada secreto, rincón de mí. Quiero tener pájaros en la cabeza, y ser imperfecta, con vicios y defectos, tantos como sueños y recuerdos, también tocar las estrellas cada noche subida a la barra de un bar, y usar gota de amor envueltas en sudor...

Quiero ser diferente y romper los esquemas, quiero tumbarme en la hierba, mancharme de helado, y intentar tocar el sol, quiero ser única, tener bigotes de café, y vivir en cada batalla, luchar por cada latido. Apasionada, loca y muda de sentido. Estúpida, ilusionaste y depredadora.
Quiero ser lo que siento, olvidarme de lo que esperan que sea, caminar sobre mis pasos...

Poema en la noche de domingo.

Sólo se oía el gemir de los árboles
al balancearse en el último baile de fin de curso,
y como todo, todo acaba en un suspiro.
El último suspiro de un cansado corazón.
El último trago de una lágrima de amor.
La última nota de un concierto de rock,
el último gemir de una virgen de piedra.
Sólo se oía aquella noche un replicar
de notas de canciones de amor,
suspiros entre cortados y el chirriar de un loco corazón.
Aquella noche de domingo,
los gatos no maullaban,
los perros no ladraban.
Hasta los búhos dormitaban inquietos
entre el balancear de las ramas de los árboles.
El último grito de terror,
el último versos del poeta muerto,
la última caricia del amante...
Sólo se oía el latir de su corazón,
y el eco de las sordas palabras de aquel domingo.
Ni la última gota de café que derramó,
y aquel viaje en globo, ni el sueño de los trece años,
no se oía ni el caminar de los años.
El tiempo parecía tímido, y el reloj valiente,
osado de acabar con los años.
Sólo se oía el crujir de las lágrimas de las hadas,
y la risa del duende.
Aquella noche de domingo,
se escuchaba cantar al río,
y llorar al viento.

2 de diciembre de 2010

Si te veo sonreír.

Mis intenciones son claras, quiero hacerte feliz.
No me preguntes cómo ni porqué,
tan sólo sé que vuelvo a amanecer si te veo sonreír.

Escucha, quiero despertar a tu lado, contar las nubes,
mancharnos con helado, comer palomitas y besarte en un cine.
Atento, quiero cuidarte, arroparte y abrigarme con tus brazos.
Abrazarte, quererte, escucharte, soplarte, y desnudarte.
Que me protejas, abraces, acaricies, esta noche, quedarte a mi lado.

Mis intenciones son claras, quiero hacerte feliz.

1 de diciembre de 2010

Un caso de Mil.

Las lágrimas se deshacen por su mejilla, se siente morir, la niña más rota e indefensa del barrio, y de repente hay una mujer, hay una violación, hay un cielo que desquebraja. La inocencia queda teñida por la fuerza de la pasión, mentiras y pecados. Era tan dulce que bailaba sobre los bancos, y con su faldita nueva sonreía, se dejo enamorar por el más mayor. Y así sufrió. Se creía la reina del baile, se fue perdiendo hasta perder hasta la felicidad. Se decía que era la niña más bonita de la cuidad hasta que le conoció, se decía que cantaba cada mañana, que era la treceañera más deseada. Y el tiempo pasó, odia a ese cabrón, pero era amor, era tan inocente...Y cuatro lágrimas visten su carita, y se escucha el latido de su corazón. Abrió la puerta de su alma y se llevaron su infancia. Abrió sus piernas y se llevaron su vida. Se decía que era la niña más bonita del barrio.

Ella.

No sufras más pequeña, que yo estaré contigo. Qué no estás loca, y si estás así de enamorada, lloraremos las dos por teléfono, te escribiré las palabras de amor destiladas, y así podrás. Porque recuerda que no hay distancia, ni tiempo para decirte que te quiero. No sufras más pequeña, desata tu cansado corazón, abre las ventanas de tu alma. Quédate dormida en una nube de cristal que yo te arroparé y cuidaré de que no caigas en dulces pesadillas. Quíerele, odiale, si así eres feliz, hagas lo que hagas...Porque la amistad no es una tarde compras, tú eres un de mis siete tesoros, tú eres uno de mis pilares, y se que no exagero nada, porque lo daría todo, volaría cada amanecer por verte sonreír. Eres grande, pequeña. No sufras más. Te quiero Garazi. Maite zaitut.