Como otro año más, pluma y pergamino escribo, tengo 19 años, y se que lo sabéis todo de mí, y entonces sabéis que en este corazón tan rebelde algo ha cambiado, algo ha crecido, se llama amor. Y aquí estoy, desnudándome en versos, Queridos Reyes Magos, no pido la felicidad, ni un camino más fácil, solo deseo los medios para superar cada batalla y que al menos, todo vaya como ha ido hasta ahora. Sin prisa pero sin calma.
Y un año más he sido una chica mala, muy mala. He llevado mi cuerpo al limite de lo prohibido rozando con éxtasis la linea que separa la cordura de mi locura, encontrando la unión perfecta entre lo que quiero ser y lo que esperan de mí. Nunca he querido ir por el buen camino, y seguir la corriente. Y por ello, más de una lágrima he derramado, por ser diferente siempre he jugado en otra liga. Nunca he entendido el mundo, pero tampoco esperaba que el mundo me entendiese a mi...Y un año más he caído, y por cada golpe, me he levantado con más ganas de aferrarme al mundo. Con más ganas de correr sin prisas hacia la meta. Este año, han sido doce meses inmersos en una nueva experiencia que juro jamás haber sentido. Amor. Y me siento como una niña cuando se columpia hacía el cielo, sin miedo a caerse, es algo que llena mi corazón de esquina a esquina, que cruzó los mares de mis heridas, que curó hasta el dolor más profundo. Y me siento como si no hubiera nada más maravilloso que amarle.
Este año, no podría resumirlo ni en cien fotos ni en cien momentos, porque cada uno de ellos es más especial y diferente que el anterior, y aún menos que el siguiente. Doy gracias al cielo, por contar con las hadas de mi bosque, con guardianes de sonrisas; con ellas, ellos que he compartido tanto, un año más.. Pintalabios rojo carmín, abrazos salvavidas, y sueños rotos. Soy una chica mala porque he rezado a un Dios del que no habla la Biblia, he sido mala porque he creado revolución, y he alzado el puño como símbolo de cambio. He llorado porque el mundo en el que nací se desmorona, porque las guerras de versos se nos van de las manos, porque las flores están marchitas.
Queridos Reyes Magos, no os hagáis los gilipollas, que todos pedimos lo mismo, hacer algo, y que al menos algún Pez Gordo muera de sobreriqueza, que la fuerza vuelva al Pueblo, que el poder pertenezca al Justo, y que el Amor reine entre palomas de la Paz, y que mi deseo no sea solo una Puta Utopía, si no una meta.
Sé que podía dar mucho más de mi, así que mi propósito de este año, es querer más a quienes quiero, llegar a ser quien quiero ser, y dejarme en el camino los miedos a fracasar.
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