28 de diciembre de 2010

Aquella Estación.

Rota en silencio, y en el hueco de una despedida, se llena de alegrías, de regresos.
Es paso de silencio, de espera, de lágrimas, abrazos, idas y vueltas.
Aquella estación, se resquebraja, tantas parejas que se encuentran,
y los amigos que se prometen un "hasta pronto".
Se puede respirar su distancia, y sentir el dolor, o felicidad.
A tu lado, hay hombres con gafas que miran impaciente el enorme reloj,
hay jóvenes que lloran leyendo la última carta, hay mujeres que besan a su marido,
hay abuelos que esperan detrás de la puerta, hay corazones en puños,
y almas que caminan más despacio atrasando el momento de ida,
sin embargo otras corren porque se les va la vida en ese tren, autobús...

Porque todos sabemos, que la distancia, por corta o largo, que sea siempre nos duele
y vivimos por un segundo más con esa persona.
Porque la distancia y el tiempo
son jugadores caprichosos de esta partida.


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