Un día te levantas, y las nubes han dejado de doler. Su voz no te ha hablado por la noche, y no has soñado con el tacto de su mano otra vez…Su sonrisa no ha aparecido recordándote lo que ya no es tuyo. Su olor se fue con la última ráfaga de dolor, arrastro la tristeza, y la soledad.
Un día te levantas, y no hay lágrimas en tu almohada, ya no hay pesadillas en el fondo de las sábanas, ya no hay recuerdos que hagan trizas tu corazón. Quizás el tiempo ya pasó. Ya no recuerdas su despedida, ni las palabras que te dejó cuando se marchó.
Y ese día llegó, vuelve a abrir tus puertas, ventila tu corazón, limpia las telarañas, y dale una oportunidad a aquellas almas que te hacen feliz, que te hacen reír, porque quizás ellas nunca se marchen, quizás ellas no hagan trizas tu hambriento corazón. Déjate llevar, por tu instinto animal. Porque quizás el tiempo ya pasó, su sonrisa se borró de tu dolor.
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