Echaba de menos, el cuatro, pero sobre todo el seis, pero era feliz con dos y yo. Era feliz con ellas, hasta que me sentí, desplaza, y al hablar con el resto desplazado del sexteto, entendida.
Siempre he sentido cierta mágica, cierta cercanía especial. Y no niego que no lo haya sentido de verdad, pero ahora mismo el mar se ha tragado alguna parte de ese querer. Y han pasado a ser dos. Como un rostro con dos ojos, con manos un abrazo, no hay sitio para un tres.
No sé si reir, si llorar...No sé ni siquiera como afrontar esta verdad...No sé si he echo algo, no sé si la culpa es mía por tener más corazones a los que amar y encerrarme en un tres. Sólo se que el tres ya no existe, y que haga lo que haga son dos. Pero no tomaré represalias, ni me disgustaré, mi camino es largo, y tengo más hadas, más gatos en mi vida...
No hay comentarios:
Publicar un comentario