Cuando eres pequeño, los cuentos son cuentos y piensas que la vida es del color del cielo, o que se pinta de rosa, cuando vas creciendo. Algunos nacen entre algodones y sábanas de seda, pero la gran mayoría se choca de frente con la realidad, cuando más débil y vulnerable eres. Y cuando crecen te das cuenta de que, el dragón de los cuentos es de verdad, y a veces puede vivir en tu propia casa, también convives con las brujas que engañas y distorsionan tu vida, hay un rey egoísta, cuatro o cinco príncipes que no son más ranas.
Pero con los años escoge tu papel, y aprendes a librar tu propia batalla, dejando atrás los miedo, los finales trágicos, y tomas rienda suelta de tu vida, agarrando con fuerza el timón que te lleva a la felicidad.
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