21 de agosto de 2011
triste nota.
Hoy no se escucha nada más que el replicar de la lluvia que cae fuerte contra el cristal. No se escucha ni los latidos cansados de mi corazón, no los ecos de una noche de fiesta. El calor de agosto es agobiante, y su ausencia se me hace insoportable. Hoy no hay oraciones para ningún días, no hay versos con doble sentido. Hoy canto una verdad, hoy proclamo la libertad de mi único corazón. Qué le echo de menos, que le necesito como agua en el desierto, que echo en falta como luz en el candil, y que sin él, no puedo seguir. Hoy no se escucha más que el llorar de las nubes, el azul del cielo está derretido, y de sangre está tintado el cielo. Sabía que no estaba sola, aunque el replicar de sus pasos era tan silenciosos como la agonía y la tristeza que se estaba apoderando de mi. Si la vida es una montaña rusa, yo sentía que tocaba fondo. Hoy no se escucha por encima de la lluvia que empapa hasta el último centímetro de mi alma.
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