26 de agosto de 2011
Cuando la casa está sola.
Cuando la casa está sola, las sombras abrazan el corazón. Los ruidos se hacen oscuros, y el silencio abrumador. Cuando la casa está sola, los pasillos parecen eternos, hace frío en verano, y en invierno te parece ver hasta el aliento del vacío, de una casa en llamas. Arden los recuerdos, flotan las lágrimas. Las paredes hablan, cuentan historias del país de Nunca Jamás. Cuando la casa está sola, las sabanas se antojan secas, y los sueños húmedos. Las fotos clavadas en la pared parecen seguirte con la mirada, y parece que hay alguien que te pisa los talones, a veces no basta con poner la música alta, a veces no basta con encender todas las luces o cantar a grito pelado hasta llegar al baño. Cuando la casa está sola, desconfías hasta de tu propia sombra. Cuando la casa está sola, hay una voz que se escucha más clara y alta de lo normal. Suele seguirte al baño, al salón, suele susurrarte cuando intentas calmarte...Pero cuando la casa esta sola, no hay excusa barata, te enfrentas a tu interior, a tu ángel de la guarda, a tu alma, tu conciencia, a ti misma. Cuando la casa está solo, no hay nadie más, solos tu vocecilla y tú.
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