27 de septiembre de 2015

Pedazos del alma.

Desgajados. Los ojos secos, mudos, cerrados. 
El alma tirada, violada en el suelo, y un pedazo de cordura aún girando después de la tormenta. 
Ata, ata los pedazos de tu corazón, un nudo marinero. 
Y tatúate en el pecho cuantas veces mueras en silencio. 
En las puertas del infierno, en la trasera del cielo, bailando con muertos, jugando en el limbo. 
Ya caí, ya cerré hasta mañana. Y sacudiré los pedazos de mi alma, los sacudiré que sequen al sol. 
Perderme, en asfalto, en tormenta, en sueños, en orgasmos suicidas, perderme. 
No noto nada bajo mis pies, será que ya salte. Frío, quema, el abismo bajo mí.
 Coge carrerilla, he vuelto a morir

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