Se queda desnuda frente la chimenea, como los versos que salen directos de su alma.
Derrama el ron por los labios, y rodea su pecho, acaricia cada línea de su piel.
Es mucho más que el cuerpo de una mujer.
Como el resbalar de una gota de rocío,
como una lágrima suicida hacía la mejilla sonrojada.
Se queda prendido de su sonrisa, que ilumina la luna y el sol.
Derrama el amor, por segundos, tormentas eléctricas.
Es mucho más que una flor en mayo.
Como una vela en mitad de una noche oscura de invierno,
como el leve golpear rítmico de las agujas de un reloj.
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