Nuestros caminos pueden tener dos sentidos, podemos ir y volver, podemos dejarnos llevar por las estrellas que altas vigilan el cielo, o podemos aferrarnos a la luz de los faroles que amparan nuestros sueños. Las apariencias engañan y si no que se lo digan al cielo, que se tiñe de colores a cada hora del día. 
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