30 de diciembre de 2011

My december.

Un momento, un suspiro y un pensamiento para el último mes del año, que llega deprisa y corriendo. Una época del año en la que inventamos un maldito resumen, un inventario de todos los momentos que dejaron huella, que marcaron en nosotros de una u otra forma. Ponemos sobre la balanza cada noche y cada día, cada lágrima y sonrisa, y como una empresa de sueños, logramos comprender que no es más que un pasito para lograr la felicidad a lo largo de todos los años. Tuviste que abandonar muchas cosas para llegar a casa con alguien, tuviste que sudar para llegar hasta donde estás y tuviste que desnudarte en alma, para amar con el corazón.Tuviste que seguir una melodía, un camino de piedras, para ahora ser un poquito más feliz. Un momento, un suspiro, un abrir y cerrar de ojos, imágenes que pasan a la velocidad de una eternidad, recuerdos que te transportan a su realidad. Un año, doce meses, y diciembre toca la puerta, la estancia se llena de ese frío seco, que arruga y hace débiles a los más fuertes. Cubre de nieve los deseos más imposibles, y regala ilusiones a los más realistas. Época del año en la que se lleva el gorro rojo, y besar bajo el muérdago. Infinito calor de las chimeneas. Tuviste que escalar la montaña más alta, pudiste caer, pero te sostuviste y ahora has tocado el cielo. Tuviste que olvidar como amar, para besar, tuviste que andar descalzo sobre sus sábanas para ver la realidad no es tan compleja... Solía escribir a los Reyes Magos mis más íntimos deseos, mis preocupaciones, mis sueños, y con magia abandonar mis versos a la suerte. Solía entregar mi corazón al frío de diciembre, para recoger los pedazos en enero, con escarcha y grietas cerradas. Un lavado para otro año. Pero este año, tuve que envolverme en el sofá de casa, bajo la manta. Tuve que desnudar mi corazón para besarte con el alma, tuve que hundir mis uñas en tu espalda para sentirte. Este años pesa más la balanza hacía la felicidad que hacía el precipicio y por primera vez en mucho tiempo, mi corazón se quedo quieto dónde está, no se ahogo en el alcohol de fin de año, si no que bailó un vals junto al tuyo. Hace casi 8 meses, que me aferro a tu verdad, a tu voz, que me sostienes sin dejar que me perdiese en el infierno. Tuve que arrogar el pasado al pozo, y cerrar mis heridas al miedo, para empezar desde cero contigo, y con nuestra historia. Tuve que agarrar tu mano, para ser feliz. Y así llegar a casa contigo. Mi diciembre, mi maldito resumen, mi inventario, se reduce a cada uno de los días, y de las noches que paso abrazada a ti, a tu olor, a tu tacto, que paso entre tus brazos. Mi diciembre, esto es mi diciembre, mi repaso del año que es el principio de mi vida junto a ti, - una vida es mucho tiempo, no lo suficiente si trata de estar a tu lado. Te quiero, te quiero mi vida.

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