Estamos condenadas a una lucha interior, que se pinta en las paredes de los barrios más viejos de la humanidad. Es una lucha de impresiones y generalizaciones, que cuando gira arrastra todo punto medio, no hay análisis que ponga fin a tanta comparación, desastre...¿Por qué, quién decide qué está bien y que está mal?
Yo, me niego a aceptar que una chica es una puta porque le guste el sexo, y no quiero pensar que un chico sea un cabrón porque no quiera algo serio. El problema es cuando entran en juego los sentimientos, quizás si no prometiéramos el cielo, cuando solo tenemos un cacho infierno, o quizás si no buscáramos amor en los cubos de basura, no nos pasaríamos la vida, generalizando, hablando, tachando a unos y otros. Aún así, defiendo lo que me toca, y la experiencia me habla de un mundo frío, de mentiras vacías y de besos de goma.
Yo, me niego a entender porque dicen te quiero, cuando fue un buen revolcón, y nunca aceptaré una mentira por condición. Pero es una batalla que debemos librar día a día, haciendo de tripas corazón, y teniendo por bandera el amor, qué cuando lo crea, llegará, pero hasta entonces puedes buscarlo en las lunas rotas, en las copas rebosantes y en los besos de goma. Estamos condenas a una lucha interior, a una ráfaga de opiniones que ponen en peligro la libertad, y la conciencia de la humanidad...Yo, me niego a aceptar que una chica sea una puta porque su lista de diversiones sea mayor que la de amores, o que un chico busque por una noche lo que no necesita durante el día. El problema, es cuando mueven ficha los sentimientos, y cuando se mezclan las impresiones y chocas con alguien que busca el contrarío a tu corazón...Quizás si habláramos con claridad y dejáramos de un lado, el que dirán, no nos haríamos daño unos y a otros, y otros a unos. Pero es una lucha que se pinta en las paredes de los barrios más viejos de las ciudades más grandes...Por que..¿quién decide qué está bien, o qué está mal?
Lo que quiero decir, es que contra mitos y leyendas, nosotras, también podemos hacer daño...y ellos también pueden dejarse engañar, porque no todos estamos cortados por el mismo patrón, y como en la gama de colores, hay infinidad de variedades. Sin embargo, nos empeñamos en caer en ese huracán de generalidades y opiniones que solo degradan la imagen pura del amor, y no es más que un error, método prueba error hasta llegar al amor, no al verdadero, si no al amor, porque no hay amor falso, son sólo buenos revolcones que te devuelven la magia de una noche loca. Y yo, me niego a pensar que eso sea condenado de pecado, o porque te tachen de una cosa o otra, y contra mitos y leyendas, es un huracán al que estamos condenadas. Pero..¿quién decide?
Es una lucha de impresiones y mititos que debemos librar contra la sociedad...
ResponderEliminarMe gusta tu manera de expresarte.