Eres joven, y crees que el amor está a la vuelta de la esquina, de forma masoca piensas que tienes tu la culpa, y qué hiciste mal, te castigas autoculpandote...Finges superarlo, te asusta volverte a enamorar. Pero al cabo de un año, me asusta no sentir nada cuando me besan, llevar al límite mi cuerpo en una danza de una noche mágica, pero manteniendo el corazón tan frío como aquella última noche en la que creías en el amor...Eres joven y confías, pero al cabo de cien patadas en el corazón, desconfías hasta de tu propia sombra...Te ahogas en el alcohol, luchando a tripas corazón.
Al cabo de año y medio, te ves reflejada en el espejo, no reconociendo ni lo más mínimo de ti, ni siquiera distingues tu camino, tú fiel amante del amor, ahora eres dueña del vicio y de un corazón tan frío como el suspiro de una flor casi marchita...
Pero la esperanza renace cada noche, en cada sonrisa, en cada revolcón mágico, y aunque tu corazón arrase con ese rayito de luz, piensa que, quizás...Sea mejor buscar lagartos, sapos y culebras, mientras esperas al príncipe salvaje.
Al cabo de año y medio, te da igual lo que piensen de ti, estás mejor así, durmiendo entre capullos de flor que no llorando por algún lagarto disfrazado de príncipe.
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