Juro que a veces me dan ganas de mandar todo a la mierda, odiarlos, y tirar hasta mi futuro por la borda, si eso me asegurase que no los volviese a ver, pero son ellos, los que me han creado.
Este monstruo de los versos, esta débil sonrisa macabra, este optimismo que permite seguir adelante, son ellos los que han creado esta fuerza, esta cabeza que piensa km/hora y no descansa ni para soñar...Les debo mi mal carácter, mi fuerza, mi invisibilidad ante el fracaso, mi prepotencia, mi desdén, mi avaricia, mi maldad, les debo mucho más que la vida. La fuerza superviviente y el énfasis por hacer que nada altere mi presencia. Hagas lo que hagas siempre está mal, siempre hay hueco para su perdón, y su lamento, hasta tiempo para los abrazos, pero no tardan más de cinco horas en volverse todo contra mí, y siempre acaban siendo los mismos perros que te dan por detrás. Mantengo la cabeza fría, sueño, respiro y cuento los días que quedan para decir adiós, no hasta pronto, si no, adiós...
No hay comentarios:
Publicar un comentario