La vida te parece tan surrealista cuando pasan los años que a veces da miedo hasta recordar. Han pasado 3 o 4 primaveras, quizás 5 y los recuerdos que entonces ahogaban ahora no son tan nítidos. Los miedos que atemorizaban las noches frías de invierno antes ahora no son más que cosquillas. Han dejado lugar a verdaderas pesadillas, pero quien sabe si dentro de 20 años nos estaremos riendo de estas lágrimas, o recordaremos los golpes que nos dio la vida...
Nadie nos asegura un futuro cierto, ni una batalla ganada, ni si quiera la tranquilidad de terminar bien...y que todo lo malo pase, pase para siempre. Pero sin embargo, el ser humano, nosotros luchamos con la esperanza de que un día u otro eso que hoy nos quita el sueño, mañana solo sean esbozos de una batallas ganada o perdida.
Y siempre recuerda al final solo queda lo bueno, y que con lo malo puedes hacer papel para reciclar...
Son las noches más frías las que se envuelven de recuerdos, momentos y personas que por una u otra razón ya no están...quizás tuvo que ser así...y quizás tuviste que ahogarte en la mierda tantas veces para valorar lo que tienes ahora...
Así que hoy dejaré abierta la puerta de atrás. Cambiaré las sabanas, y pondré flores nuevas. El tiempo pasa, a veces tan deprisa que corta la respiración y otras veces tan lento que rompe los esquemas del tiempo. Pero acaba pasando, borrando con caricias las cicatrices.
La vida parece tan corta que da escalofríos mirar hacía atrás.
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